El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, cumplía el martes una visita oficial a Colombia para revisar el avance en la implementación del acuerdo de paz firmado hace cinco años por el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Sur Florida / AP
“Estoy muy satisfecho por estar en Llano Grande y constatar de primera mano los logros de la paz”, dijo Guterres desde Dabeiba, Antioquia, un antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación donde vivía un grupo de excombatientes tras entregar las armas y donde actualmente funciona un proyecto productivo de confecciones llamado “Hilos de paz”.
“El acuerdo tiene una vocación transformadora de las causas profundas del conflicto, por lo que su implementación y éxito en los territorios es crucial”, agregó el titular de la ONU, después de recorrer las instalaciones de la empresa textil, hablar con sus trabajadores, habitantes de la zona y excombatientes.
El gobierno colombiano y la comunidad internacional han financiado y aprobado más de 3.200 proyectos para que los excombatientes generen ingresos lícitos trabajando en emprendimientos de café, ganadería, textiles y piscicultura.
“Debemos redoblar los esfuerzos para garantizar la sostenibilidad de los proyectos”, indicó Guterres, quien ofreció apoyo técnico y financiero.
El presidente colombiano Iván Duque, como anfitrión, resaltó la transformación que ha tenido es espacio de reincorporación que “recoge lo que ha sido la voluntad” de su gobierno por la construcción de la paz con legalidad, como ha denominado la política pública con la que cumple con los acuerdos.
“Tenemos que seguir construyendo la paz con legalidad con obras, hechos, cerrando brechas, también derrotando el crimen, el delito y sembrando desde edad temprana una cultura de paz”, agregó Duque en el acto oficial del aniversario.
Guterres celebró el compromiso de los excombatientes que continúan en la legalidad — más de 12.900 de acuerdo con el gobierno— lo que denota una baja tasa de deserción de solo unos cientos de firmantes, pese a las amenazas de seguridad que enfrentan.
En su último informe trimestral, la Misión de Verificación de la ONU llamó la atención sobre la persistencia de la violencia en las zonas priorizadas para la implementación del acuerdo de paz, que ha derivado en el asesinato de 292 excombatientes desde 2016.
La Misión ha acompañado todo el proceso de paz verificando el cese del fuego y la puesta en marcha de la reincorporación de los excombatientes a la vida social y económica, los programas de sustitución de cultivos ilícitos, la reparación a las víctimas y el funcionamiento del sistema integral para la paz que incluye un tribunal, una comisión de la verdad y una unidad de búsqueda de personas desaparecidas.
“La paz de Colombia pasa necesariamente por la paz en los territorios y les aliento a aprovechar esta oportunidad histórica de convertir el anhelo de la paz en realidad y pueden contar con el apoyo firme de Naciones Unidas a vuestra labor”, culminó Guterres desde Apartadó, pueblo históricamente afectado por el conflicto, donde reconoció la “generosidad” de las víctimas y el compromiso de los exguerrilleros.
Las FARC fueron durante cinco décadas responsables de miles de secuestros, asesinatos y ataques terroristas. Actualmente, comparecen ante un tribunal de paz en el que se comprometen a decir la verdad y reparar a las víctimas de sus crímenes a cambio de no ser castigados con cárcel, sin embargo, el tribunal puede imponer medidas privativas de la libertad y ordenar hasta 20 años de cárcel en caso de que determine que no cumplieron a cabalidad.