El presidente boliviano Luis Arce y su mentor político Evo Morales iniciaron el martes una marcha de siete días hacia La Paz en una demostración de fuerza y unidad tras las protestas antigubernamentales que obligaron al mandatario a derogar algunas cuestionadas leyes.
Sur Florida / AP
Cientos de partidarios de Arce y Morales se concentraron en la localidad altiplánica de Caracollo, desde donde caminarán 150 kilómetros. Los oficialistas esperan reunir más de medio millón de simpatizantes cuando la columna ingrese a La Paz la próxima semana.
“No me siento solo hermanas y hermanos”, dijo Arce, quien acompañó a la marcha en su inicio por unos kilómetros y luego regresó a su despacho. “Que siga su gestión querido presidente, aquí nosotros estamos en su apoyo”, dijo una militante a la televisora estatal Bolivia TV.
Durante más de dos semanas vendedores ambulantes, transportistas y pequeños comerciantes protagonizaron marchas y protestas en todo el país en contra de una ley de lucha contra las ganancias ilícitas que los manifestantes consideraban confiscatoria. Las protestas fueron secundadas por partidos y organizaciones opositoras.
Fueron las protestas más grandes registradas desde la crisis política de 2019 que provocó 37 muertos y derivó en la renuncia de Morales a la presidencia tras unas elecciones denunciadas de fraudulentas en las que el político buscaba un cuarto mandato. El gobierno acusó a los opositores de instigar la protesta para desestabilizar a Arce.
Las manifestaciones de uno y otro lado han vuelto polarizar al país y abrir las heridas de la crisis de hace dos años en medio de un creciente descontento por el aumento de la pobreza y el desempleo, según analistas.
Morales es presidente del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) que controla la mayoría del Legislativo y se mantiene activo en política, lo que ha llevado a los opositores a acusarlo de influir en el gobierno de Arce.
“El Lunes 29 (de noviembre) vamos a reventar La Paz, vamos a demostrar la fuerza del proceso de cambio”, dijo Morales, quien la víspera fue declarado “persona no grata” por el Congreso de Perú, que lo acusa de injerencia en asuntos de ese país.
“Nuestra patria es humillada internacionalmente por la actuación de Evo Morales, el dictador prófugo, que se burla de los pueblos hermanos, no respeta la soberanía de los Estados y sigue mintiendo sobre el falso golpe para blanquear su fraude (en las elecciones de 2019)”, escribió en su cuenta de Twitter el expresidente y líder opositor Carlos Mesa.