Los vecinos de Biscayne Gardens rechazaron la formación de un nuevo gobierno local, derrotando el referéndum del martes para crear el municipio 35 de de Miami-Dade y para separarse del control del condado sobre las decisiones municipales.
Sur Florida / Nuevo Herald
Con ocho de los nueve recintos electorales reportando, la votación de incorporación se dirigía a una derrota abrumadora con más de 80% de los votos en contra del referendo para formar una nueva municipalidad.
Alrededor de 35,000 personas viven en el área entre Miami Gardens y North Miami, una comunidad que está dividida por la I-95 y donde está el distribuidor de vías Golden Glades. A los aproximadamente 18,000 electores inscritos en el potencial municipio se les pidió que aprobaran la propuesta de incorporación enviada a referendo por los comisionados del condado en septiembre. Se registraron menos de 3,500 votos en los resultados publicados poco después de las 8 p.m.
La pérdida amplía la tarea cuesta arriba para los esfuerzos de incorporación en Miami-Dade, a donde el último nuevo gobierno llegó en 2005 cuando los electores del sur de Dade formaron la localidad de Cutler Bay.
Los partidarios de la campaña de incorporación la presentaron como una forma de defenderse de posibles ofertas de anexión por parte de los municipios circundantes y de trasladar las decisiones locales sobre zonificación, infraestructura y seguridad pública al control local. El municipio propuesto está entre cuatro ciudades: Miami Gardens al noroeste, North Miami Beach al norte, North Miami al este y al sur y Opa-locka al oeste.
Aunque los votantes locales deciden las decisiones del referéndum, los comisionados del condado conservan la autoridad sobre las solicitudes de anexión de los gobiernos municipales.
Los que se oponen a la formación de Biscayne Gardens se centran en los mayores impuestos sobre la propiedad que suele conllevar un nuevo gobierno local. Las previsiones del condado muestran que la tasa de impuestos municipales sobre la propiedad se duplicaría en la nueva localidad de Biscayne Gardens, a $4 por cada $1,000 de valor gravable, frente a los menos de $2 que Miami-Dade cobra a las zonas fuera de los límites de la ciudad por servicios municipales. (La tasa impositiva total, que abarca las escuelas y los servicios del condado, aumentaría aproximadamente 12%).
Bernard Jennings, quien ayudó a liderar un esfuerzo de incorporación que se remonta a un grupo de estudio del condado formado en 2003, culpó de la pérdida a los temores desinformados sobre los impuestos. “La gente tenía miedo de que sus impuestos se duplicaran”, dijo Jennings, presidente de la Cámara de Comercio de Biscayne Gardens. “No tuvieron la oportunidad entender el tema completamente”.
Jennings dijo que los partidarios de la incorporación lo intentarían de nuevo, con la esperanza de llegar a los vecinos que no votaron.
El tema de los impuestos fue una preocupación entre los electores de Biscayne Gardens en la Mount Olives Church of God durante la mañana nublada que recibió el día de las elecciones.
“Estoy nervioso por los impuestos”, dijo Alain Ducasse, un taxista que votó contra la incorporación. “Me preocupan los servicios que nos prestarán por el costo”.
Elizabeth Judd dijo que votó a favor de la incorporación.
“Nos convertiremos en una hermosa ciudad como todas las demás que se incorporan”, dijo Judd. “Tendremos la capacidad de gastar ese dinero en mejorar nuestra comunidad”.
Judd tiene 80 años y vive en Biscayne Gardens desde 1993. Cree que la campaña contra la incorporación engañó a los electores.
“Dicen que es un mal impuesto. No lo es”, dijo. “Cuando se paga por mantener el valor de tu propiedad, eso no es un mal impuesto”.
Seis manifestantes en contra de la incorporación en la iglesia gritaron a los electores: “No podemos pagarlo”.
“Nadie quiere esto, estamos bien como estamos”, dijo Bruce Lamberto, uno de los principales organizadores del grupo que se manifestó contra la incorporación. “No necesitamos más políticos”.
