Kim Kardashian ganó la batalla que emprendió contra Kanye West por la casa que ambos compartían con sus hijos.
Sur Florida / diariolasamericas
Tanto la estrella de reality show y como el cantante querían conservar la mansión, en la que vivían desde 2017.
De acuerdo con los documentos de la Corte Superior de Los Ángeles a los que tuvo acceso People, Kim Kardashian compró la parte de la casa que correspondería a su todavía esposo, además de todos los muebles, objetos y arte que están en la residencia.
El valor que se puso para esta compra fue de 20 millones de dólares por la propiedad y de tres millones de dólares por el contenido. Según con los documentos, la tasación se hizo en junio de 2020.
Kim Kardashian y Kanye West compraron la casa en Hidden Hills en 2014 y la remodelaron.
La propiedad, valorada en 40 millones de dólares, fue remodelada por un costo de 20 millones para dejarla al gusto de las celebridades. Los terrenos tienen tres hectáreas y el interior cuenta con tonos neutros y paredes blancas.
Varios capítulos de Keeping Up With The Kardashians fueron grabados en la casa, como los de la Navidad de 2019. Ahora será ocupada por Kim Kardashian y sus hijos North, de siete años, Saint, de cinco, Chicago, de tres, y Psalm, que está a punto de cumplir dos.
Recientemente, Kanye West compró una nueva casa, según People. Se trata de una mansión cerca de la playa en Malibú que está valorada en 60 millones de dólares y tiene vistas al océano. La transacción se produce después de que vendió su rancho en Wyoming, por 11 millones de dólares.
Antes de casarse, la pareja firmó un acuerdo prematrimonial que estableció un reparto de sus propiedades en común (cada uno tiene además una gran fortuna individual). La de la influencer está valorada, según Forbes, en unos 750 millones de dólares, mientras que la de Kayne lo está en 1260 millones de dólares, y sustentada por su firma de calzado Yeezy, en asociación con Adidas.