Todo se ha dicho sobre la maravillosa vitamina C, en principio porque se trata de uno de los antioxidantes más poderosos de la naturaleza y que se asocia en principio con excepcionales cualidades para proteger al sistema inmunológico. Es una vitamina soluble en agua que ayuda en absolutamente todo; desde la absorción de hierro hasta la producción de colágeno. Y claro, juega un papel primordial en la prevención de enfermedades e infecciones. Lo cierto es que derivado de la pandemia por Covid, cada día son más las personas que se muestran interesadas en incrementar la ingesta de vitamina C en la dieta. La buena noticia es que al ser una vitamina que el cuerpo no produce por sí mismo, se encuentra en una amplia variedad de alimentos que además por su densidad en nutrientes promueven la buena salud. Con base en ello nos dimos a la tarea de recopilar 5 maneras cotidianas para consumir más vitamina C a través de la dieta.
Sur Florida / eldiariony
La vitamina C, también es conocida como ácido L-ascórbico y es uno de los nutrientes más esenciales para que el cuerpo funcione adecuadamente. Por lo tanto, una de las medidas nutricionales y de salud más importantes es obtener suficiente vitamina C a través de la dieta: lo ideal es asegurar el consumo de entre 75 y 100 miligramos por día.
Existen muchos aspectos que mencionar sobre el fundamental papel de la vitamina C en el organismo. En principio se trata de un poderoso antioxidante, que tiene la capacidad de combatir los compuestos conocidos como radicales libres y que pueden causar daños en el cuerpo: contribuyen en la inflamación, enfermedades cardíacas y crónicas, además de otras afecciones de salud. La vitamina C, también es importante para la producción de colágeno, que es un componente clave para la salud de la piel. Por lo tanto es un nutriente que ayuda a la piel a repararse a sí misma después de una lesión y, en general, a mantener su flexibilidad.
La investigación científica no miente, durante años se ha comprobado que el alto poder antioxidante asociado con la vitamina C es de gran ayuda en la prevención de la mayoría de las afecciones crónicas, como es el caso de ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares y más. Además, sus fuertes propiedades antioxidantes, son un potente refuerzo de la inmunidad.
¿Cómo incrementar el consumo de vitamina C?
Lo primero que tenemos que decir es que la mejor fuente de vitamina C, proviene de diferentes tipos de alimentos y esto en principio son frutas y verduras. Por lo tanto la recomendación más importante s simplemente aumentar el consumo de determinados alimentos, además integrarlos en la dieta aportará mucho sabor, colores y nutrición. Se asocian con beneficios para mejorar el rendimiento físico y mental, mejoran los niveles de energía, el estado de ánimo y promueven un peso saludable.
1. Aumenta el consumo de pimientos rojos
Con el simple hecho de integrar pimientos rojos en la dieta diaria estarás transformando la ingesta de vitamina C del día. Para mayor contexto: solo media taza de pimiento rojo crudo contiene 95 miligramos de vitamina C. Es bien sabido que los pimientos rojos son una de las frutas más altas en vitamina C por porción, además son ligeros, bajos en calorías y crujientes. Lo más recomendable es integrarlo crudo en ensaladas, ya que cocinarlo puede disminuir su aporte de vitamina C y su impacto será menos relevante.
2. Un fruta cítrica al día
Claro, es bien sabido que las frutas cítricas son la fuente más evidente de vitamina C. La mejor recomendación para incrementar su consumo es integrar la ingesta de frutas enteras, por ejemplo en una sola naranja de tamaño mediano obtendrás 70 mg de vitamina C ¡prácticamente la ingesta recomendada por día! Sucede lo mismo con deliciosas y jugosas variantes como son las mandarinas y la toronja, son ideales como fruta de mesa y colación saludable. Y también visten de maravilla todo tipo de platillos, son un gran complemento en ceviches, ensaladas y postres. Además, son la fruta perfecta para combatir los antojos por alimentos dulces, son hidratantes, tienen propiedades depurativas y promueven de manera natural un peso saludable.
3. El kiwi, la colación perfecta
Los kiwis son un verdadero tesoro nutricional, que no puede faltar en toda dieta saludable. Están repletos de beneficios, se relacionan con grandes cualidades para aumentar la producción de serotonina y es por ello que son vibrantes y mejoran la calidad del sueño. Además, son uno de los más poderosos antioxidantes de la naturaleza, su contenido en vitamina C es impresionante: en una pieza mediana obtendrás alrededor de 64 mg y lo mejor de todo es que solo aporta 42 calorías.
4. Consume más verduras crucíferas
En los últimos meses todo se ha dicho acerca de los vegetales crucíferos, la realidad es que son increíblemente densos en nutrientes y se relacionan con grandes propiedades anticancerígenas. Además, son generosos, saciantes, abundantes y están repletos de vitaminas, minerales y antioxidantes. Variantes como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y el repollo, brillan por su excepcional contenido en vitamina C. Integrarlos en la dieta diaria beneficia absolutamente a todo el organismo, potencian al sistema inmunológico, benefician la pérdida de peso y son una colación muy segura para evitar picos de glucosa en sangre. Para mayor contexto: en media taza de brócoli encontrarás alrededor de 40 miligramos de vitamina C ¡Nada mal!
5. Una buena razón para comer papas
En los últimos meses todo se ha dicho acerca del consumo de papas en la dieta, principalmente por su contenido en carbohidratos; la realidad es que se trata de mitos y de hecho las papas son una magnífica adición dietética. Son saciantes, gozan de inmensa versatilidad y están repletas de nutrientes. Son una extraordinaria fuente de vitamina C, además de otros nutrientes esenciales para el adecuado funcionamiento del organismo. En promedio, una papa pequeña (150 gramos) nos proporciona aproximadamente el 15% de la dosis diaria recomendada de vitamina C. Integrarlas en la dieta diaria hace que actúen como un poderoso antioxidante que apoya la función inmunológica y combaten el daño causado por el estrés oxidativo.