Saru Jayaraman, sindicalista estadounidense, dijo a AFP que está luchando para abolir una legislación federal que fija el pago de $2.13 dólares por hora para los trabajadores de la restauración y camareros, principalmente, en el país que es considerado la primera potencia mundial.
Sur Florida / El Diario NY
“Es un problema de justicia económica, racial y de género que no ha hecho más que empeorar con el Covid-19″, acusa Jayaraman, quien es una de las fundadoras de One Fair Wage (OFW), una organización que defiende los ingresos justos y seguridad laboral para los trabajadores del sector.
En Estados Unidos el sector de los servicios es uno de los que más crece, pero lamentablemente donde también se pagan los peores salarios. El sector de restauración emplea a 14 millones de personas y de ellos, seis millones completan su salario con propinas.
Jayaraman acusa que: “Muchas corporaciones de restaurantes consideran que son los clientes los que tienen que pagar el salario de sus trabajadores“.
La mujer explica que en restaurantes, taxis, manicura, peluquería y en las aplicaciones de entrega a domicilio, a la hora de pagar los clientes tienen la opción de agregar propinas de 18% o más, que completa el salario de los trabajadores.
De acuerdo con la información, en 40 estados todavía el pago por hora no supera los $5 dólares en el caso de los trabajadores autorizados a recibir propinas. Solo en siete entidades se les ha equiparado con el salario mínimo de $15 dólares de ingreso mínimo/hora del resto de los trabajadores.
One Fair Wages es un movimiento que cuenta con 300,000 afiliados y lucha por que el Congreso promulgue una ley que aumente los ingresos mínimos federales para estos trabajadores.
En una reunión organizada por este grupo, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton cuestionó por qué resulta tan difícil de convencer a cada estado y al Congreso de que “ninguna persona en América debería trabajar por $2.13 dólares la hora”.
La sindicalista comenta que Nueva York es un caso aislado, porque en los buenos restaurantes los meseros pueden llegar hasta los seis dígitos al año, pero es la excepción.
Un estudio de One Fair Wage, reveló que cerca de una tercera parte de los trabajadores están sufriendo más violaciones en sus derechos, en comparación con el año previo y que las propinas han caído, al tiempo que han aumentado las agresiones sexuales y los abusos en un sector que emplea mayormente a mujeres.
“Es el momento finalmente de acabar con este legado de la esclavitud. Es una vergüenza para el país”, concluyó Saru Jayaraman.
