El presidente cubano Miguel Díaz-Canel presidía el jueves junto al mexicano Andrés Manuel López Obrador el desfile por el Día de la Independencia de México, una visita no exenta de polémica que se da después de las protestas contra el gobierno cubano y cuya represión suscitó críticas internacionales.
Sur Florida / apnews
“Tenemos relaciones de amistad con el pueblo de Cuba desde hace muchísimo tiempo”, expresó López Obrador la desestimar las críticas por la invitación que hizo al gobernante cubano, quien ofrecerá un discurso durante los actos conmemorativos.
Díaz-Canel llegó a México días antes de VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a la que se espera que acudan 16 mandatarios y donde se prevé un reforzamiento de este foro de integración frente a la Organización de los Estados Americanos (OEA), que México apostó por reformar y en la que también está presente Estados Unidos pero no Cuba.
El líder cubano arribó a la Ciudad de México por la mañana acompañado, entre otros, por su canciller Bruno Rodríguez y el ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.
Antes de la cita multilateral Díaz-Canel mantendrá un encuentro con López Obrador en el que se pretende profundizar el diálogo político al más alto nivel y ampliar las relaciones económicas y comerciales, la inversión y la cooperación en ámbitos como la salud, según el gobierno cubano.
Este es el primer viaje al extranjero del líder cubano desde las protestas de julio, las más grandes desde los años 90 en la isla y que tuvieron como origen la escasez de bienes básicos y los cortes de energía. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue una de las muchas entidades que condenó la represión con la que actuaron las autoridades para disolverlas, el uso excesivo de la fuerza y las detenciones que siguieron.
El gobierno de México envió poco después a Cuba medicamentos, alimentos y también combustible en lo que supuso el mayor apoyo en ayuda humanitaria en décadas, coincidieron analistas.
Uno de los primeros en criticar la visita del cubano fue el expresidente Felipe Calderón (2006-2012). “Es inaceptable el protagonismo en las fiestas del bicentenario de la consumación de la independencia de un dictador que encierra a decenas de ciudadanos cubanos”, dijo en su cuenta de Twitter.