23 de diciembre de 2024 4:13 AM

Miami Shores: Incidente fatal destapa problema de la policía con personas mentalmente enfermas

Reina Arocha rogó para que un agente de la policía de Miami Shores diera un paso atrás segundos antes de que disparara varias veces, y le diera muerte a su hija de 47 años, una mujer que tenía un largo historial de problemas de salud mental.

Miami Mundo / El Nuevo Herald

Sin poder zafar su tanque de oxígeno con suficiente rapidez para llegar adonde estaba su hija, todo lo que Arocha pudo hacer fue pararse a la entrada de la casa, y gritarle al agente que la pistola que empuñaba Etianna Planellas no era real.

“Le grité que no le disparara a mi hija, que era una pistola falsa”, dijo Arocha, al recordar el incidente fatal que ocurrió el 30 de agosto en el frente de su casa, le provocó un ahogo que la obligó a respirar profundamente. “El policía me decía una y otra vez que entrara en la casa, y yo le decía que no iba a hacerlo, que era mi hija. Después le dije que había matado a tiros a mi hija. Cuando lo miré, estaba temblando”.

Lo ocurrido es el último ejemplo de la confusión, dificultad y peligro que con tanta frecuencia rodea a los enfrentamientos entre personas mentalmente enfermas y los agentes de la policía del sur de la Florida y en todo el país.

Lo que convierte en tan trágico este episodio —tanto para la policía como para la familia de Planellas, que accedió a hablar con el Miami Herald la semana pasada— es que el agente conocía a la mujer con quién se enfrentaba. En muchos casos, la policía no tiene ninguna información que la pueda ayudar.

Una fuente policial familiarizada con el incidente, dijo que al agente, cuyo nombre no se ha dado a conocer, le afectó particularmente, ya que había acudido a la casa varias veces, y conocía bien el estado mental de la mujer. Arocha dijo que el patrullero disparó su arma, empezó a temblar y luego se cubrió la cara con las manos.

Arocha dijo que a su hija la habían diagnosticado como bipolar, y padecía de depresión. A pesar de ello, Arocha dijo que Planellas ayudaba a cuidar a sus padres, y mantenía una relación de casi 20 años con su novio. En el pasado, la víctima había trabajado como asistente médica en Hialeah, en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), y en un centro veterinario.

El teniente David Golt, portavoz de la policía de Miami Shores, dijo que el patrullero, que respondía a una llamada al 911, confundió una una pistola de municiones con una verdadera, y solo disparó cuando Planellas le apuntó con el arma. Golt dijo que Planellas se había puesto la pistola en la sien antes de apuntarle a él. Hasta el momento, la policía de Miami Shores no ha respondido a la solicitud de archivos que le ha hecho el Herald para saber las llamadas que se hicieron desde la casa, ver un video de vigilancia y transmisiones de radio.

Tampoco se sabe con certeza si el agente escuchó los gritos de Arocha donde le decía que era un arma falsa, ni cuántas veces disparó. Según Arocha, lo hizo varias veces.

El Departamento de Policía de la Florida (FDLE), que investiga balaceras fatales en las que la policía se ve involucrada en varias ciudades de Miami-Dade, está a cargo de la pesquisa por el incidente.

Salvo los patrulleros de trafico, la mayor parte de los agentes de la policía de Miami Shores todavía no tienen instaladas cámaras en el uniforme, de modo que no hay una grabación directa de lo que ocurrió. El Miami Herald solicitó un video del auto patrullero del agente.

El departamento no ha revelado quién llamó al 911. Los familiares sospechan que fue la propia Planellas quien llamó a la policía. Es algo que hizo muchas veces en el pasado, dijeron, cuando estaba muy deprimida o en un estado paranoico.

Golt dijo que la policía ha visitado la casa en innumerables ocasiones durante años. Los familiares estiman que los patrulleros han recibido llamadas o acudido a la casa, localizada en el 68 NW 95 Street, docenas de veces, en ocasiones tan seguido como dos visitas al mes.

“Invocamos la Ley Baker, y llamamos a la policía”, dijo Anthony Hernández, primo de Planellas. “Ella se ha herido con cuchillos, ha tratado de suicidarse, y cosas así, pero nunca amenazó a nadie”.

Steadman Stahl, presidente de la Asociación Benevolente de la Policía de Miami-Dade, dijo que el caso no hace sino señalar las dificultades que tienen los agentes cuando deben enfrentarse a personas mentalmente inestables.

Stahl dijo que el agente ronda los veinte y tantos años, y lleva en el departamento cinco años. Fue el primero en llegar al lugar, y estaba solo cuando disparó. Stahl dijo también que es la primera vez que el agente dispara un arma en cumplimiento de su deber.

Antes del incidente, Arocha dijo que Planellas estaba acostada en el sofá mientras hablaba del padre que nunca conoció y que murió en Cuba. Por la tarde, pensaba salir a pasear en el bote propiedad de su novio, Wilfredo Hernández. Arocha declaró que le dijo a su hija que se diera una ducha, y después no volvió a verla, hasta que la vio de pie en la cochera de la casa Planellas, cerca de su automóvil, con pistola de municiones. Arocha fue hasta la ventana del frente de la casa para ver de más cerca a su hija, cuando se percató de que el patrullero había hecho un giro en U, y deteniendo el auto cerca de la casa. El agente se bajó y avanzó por el lado este de la cochera hacia Planellas que estaba en el extremo oeste. 

“Le pregunté a Etianna qué estaba haciendo, y entonces la policía le gritó que bajara el arma con la que ella se estaba apuntando a la cabeza”, dijo Arocha.

Arocha dijo que recuerda pocas cosas de lo que pasó luego. El momento en que Planellas bajó la pistola y el patrullero le disparó lo tiene borroso.

En el sur de la Florida, hay una larga lista de enfrentamientos entre personas mentalmente enfermas y agentes de la policía que han terminado con la persona muerta o herida.

La semana pasada, la familia de Planellas todavía estaba procesando lo que sucedió. Sus abuelos, primos y niños sufren mucho por lo que pasó. El primo de Planellas, Anthony Hernández cargaba a Anthony Jr., su bebé de seis meses que, según la familia, Planellas adoraba. La sobrina, Mailin Robaina, de 29 años, revisaba cientos de fotografías de la familia en la mesa de comer.

“Tenía más fotos de animales y de gatos que de personas”, dijo Robaina. “Era la tía con la que más cerca me sentía. Pasé muchos fines de semana, fiestas y Navidades con ella. Siempre estaba alegre”.

Los funerales de Planellas tendrán lugar este sábado, en la funeraria Caballero Rivero, en Hialeah, ubicada en el 373 W. 9 Street.

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