En las últimas dos semanas, el Departamento de Salud de la Florida reportó un descenso en los nuevos casos de COVID-19 entre casi todos los grupos de adultos, mientras que las hospitalizaciones por la enfermedad también han disminuido, indicadores positivos de que el estado quizá haya doblado la esquina en la más reciente ola de la pandemia.
SurFlorida / El Nuevo Herald
Sin embargo, los nuevos casos y las hospitalizaciones en la Florida están en su punto más alto desde el invierno pasado, y para al menos un grupo de floridanos, la pandemia sigue aumentando: los menores de 20 años, que representaron casi uno de cada tres de los nuevos casos de COVID-19 durante la semana que terminó el 26 de agosto.
En general, los nuevos casos entre los adultos mayores de 20 años fueron 13% menos en la semana que terminó el 26 de agosto, en comparación con la semana que terminó el 12 de agosto, según el informe semanal de la situación del COVID-19 del Departamento de Salud de la Florida. Pero entre los floridanos de 12 a 19 años, los casos aumentaron 45%, y entre los menores de 12 años, subieron un significativo 58% durante el mismo período.
Los menores de 20 años representaron casi uno de cada tres de los 151,749 nuevos casos de COVID-19 reportados en la Florida la semana que terminó el 26 de agosto, en comparación con uno de cada cinco de los nuevos casos la semana que terminó el 12 de agosto.
El Dr. Patrick Kenney, especialista en enfermedades infecciosas de la Cleveland Clinic Florida, dijo que el aumento de los casos entre los jóvenes floridanos es “preocupante porque ya sabemos que comenzó el nuevo curso escolar”.
Kenney dijo que ha seguido el aumento y la disminución del número de casos a lo largo de la pandemia y que se siente alentado por la reciente disminución del 10% en el número de pacientes admitidos diariamente en Cleveland Clinic Florida con COVID-19.
“Esto es alentador”, dijo.
Pero Kenney añadió que los jóvenes floridanos tienen una baja tasa de aceptación de la vacuna, que no está aprobada para menores de 12 años. La tasa de vacunación entre las personas de 12 a 19 años en la Florida es inferior al 50%. Solo una de las tres vacunas, la de Pfizer-BioNTech, está aprobada para menores de 12 a 17 años.
Comienzo de la escuela, más pruebas
Kenney dijo que le preocupa que con la reapertura de las escuelas los jóvenes se conviertan en un vector clave para la transmisión en los hogares, uno de los lugares más probables para la propagación del virus.
“Estos individuos pueden ir a casa y potencialmente propagar el virus a sus padres no vacunados, a sus abuelos, a sus hermanos menores o a otros niños”, dijo Kenney. “Y me temo que aunque ahora estamos viendo un descenso, en las próximas semanas pudiéramos ver un aumento de los casos, muy probablemente en los no vacunados o en los inmunodeprimidos”.
Parte de la razón del aumento de los casos entre los jóvenes floridanos es la reanudación de las clases y el aumento de las pruebas de detección entre todos los grupos, dijo Jason Salemi, epidemiólogo de la Universidad del Sur de Florida. Los padres cuyos hijos están en cuarentena debido a la exposición en la escuela son propensos a hacer que sus hijos sean examinados, dijo.
Debido al aumento de las pruebas, “quizás los casos que no hubiéramos detectado hace un mes y medio los estamos detectando ahora”, dijo Salemi.
Pero incluso con el aumento de los casos entre los jóvenes floridanos, dijo Salemi, los jóvenes tienen un menor riesgo que los adultos mayores de desarrollar casos graves de la enfermedad o la muerte.
Aun así, Salemi señaló que las hospitalizaciones pediátricas por COVID-19 aumentaron ligeramente en la Florida al mismo tiempo que los hospitales informaron de una disminución de pacientes ingresados y nuevas admisiones por la enfermedad entre los adultos.
Sin embargo, hasta el jueves la Florida tenía más pacientes hospitalizados con COVID-19 que cualquier otro estado, según el tablero de capacidad hospitalariadel Departamento de Salud y Servicios Humanos, que mostró 14,949 pacientes hospitalizados con un caso confirmado o sospechoso de la enfermedad.
Hospitalizaciones pediátricas elevadas
Los hospitales pediátricos del estado informaron de 232 pacientes ingresados con COVID-19 confirmados o sospechosos el 2 de septiembre, solo por detrás de Texas, donde los hospitales informaron de 364 pacientes pediátricos ingresados con la enfermedad. Sin embargo, la Florida fue el estado con mayor número de pacientes pediátricos ingresados con COVID-19, confirmado el día anterior: 70 el 1 de septiembre.
Kenney, el especialista en enfermedades infecciosas, dijo que las hospitalizaciones pediátricas por COVID-19 están aumentando en muchos estados del sur, no solo en la Florida, especialmente entre los niños con padecimientos médicos crónicos. Atribuye ese aumento a la cepa delta, que según los CDC es más del doble de contagiosa que las variantes anteriores del virus.
El doctor G. B. dijo que la comunidad médica todavía está aprendiendo sobre el virus que causa y sobre la vulnerabilidad de los niños a la enfermedad. Al igual que el propio virus, el entendimiento ha evolucionado.
“Al principio de la pandemia existía la idea de que los niños no se contagian, que son inmunes’” dijo Kenney. “Honestamente, lo que estamos viendo ahora es que los niños, especialmente con la variante delta, son mucho más contagiosos. Los niños salen y se relacionan socialmente con más niños, y potencialmente están propagando esto muy rápidamente”.
“Así que estamos viendo a estos niños que tienen sistemas inmunes comprometidos o problemas pulmonares como el asma”, añadió. “Realmente, no les está yendo bien”.’
La mejor manera de proteger a los jóvenes del COVID-19, según Kenney, es la vacunación, si cumplen los requisitos.
“La gente se mantiene fuera del hospital y no muere de esta enfermedad gracias a la vacuna”, dijo.
Actualmente se están realizando ensayos clínicos para probar la vacuna de Pfizer-BioNTech en niños menores de 12 años, mientras los investigadores estudian si los niños necesitan dosis diferentes. El ensayo de Pfizer, en el que se han inscrito 4,500 participantes, no tiene previsto finalizar hasta septiembre de 2023, aunque no está claro si la FDA pueda autorizar el uso de emergencia de la vacuna en niños pequeños o cuándo lo haría.
Hasta que se apruebe una vacuna para niños menores de 12 años, dijo Kenney, la mejor protección será difícil de aplicar, especialmente en las escuelas: distanciamiento social, uso de mascarilla y lavado frecuente de manos son las mejores opciones en ese caso.
“Los niños son niños. Juegan, socializan, y el nivel de supervisión que se requiere para mantener a los niños a salvo es elevado, dijo Kenney.
A medida que las hospitalizaciones en la Florida comienzan a descender desde un punto muy alto, expertos en salud pública han comenzado a preguntarse si la ola pandémica del estado ha llegado a su punto máximo.
“Pudiéramos estar saliendo de un pico”, dijo Mary Jo Trepka, epidemióloga de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). “Si no tuviéramos la reapertura de las escuelas y las universidades, sospecho que seguiríamos bajando”.
Trepka dijo que observará con mucha atención los datos del COVID-19 del próximo mes. Se acerca el Día del Trabajo y muchas universidades han reabierto o lo harán pronto. También vuelve el football colegial y habrá más gente reunida para ver eventos deportivos.