Las autoridades de Luisiana abrieron una investigación por la muerte de cuatro residentes en hogares de ancianos que habían sido evacuados a un almacén antes de la llegada del huracán Ida, mientras los residentes en el estado buscaban ayuda financiera y de otros tipos en medio de pequeños indicios de recuperación.
SurFlorida / AP
Los residentes del centro de ancianos fallecidos estaban entre los cientos de personas de siete hogares de mayores que fueron traladados a un almacén en Independence, donde las condiciones se volvieron insalubres e inseguras luego del paso del huracán en domingo, apuntaron funcionarios estatales. Un forense calificó la muerte de tres de las personas como relacionadas con las tormentas.
Las autoridades de salud recibieron reportes de personas que yacían tendidas en colchones en el piso, de que no recibían alimentación ni se les cambiaba y de que el alojamiento provisional no respetaba la distancia social para impedir la propagación del COVID-19, que está asolando el estado, señaló la vocera del Departamento de Salud estatal, Aly Neel. Cuando un gran grupo de inspectores sanitarios se presentaron en el lugar para investigar el almacén el martes, el propietario de las residencias les exigió que se marchasen de inmediato, agregó.
Neel identificó al empresario como Bob Dean. Dean no respondió de inmediato el jueves a un mensaje dejado por The Associated Press en el número de teléfono asociado a su nombre.
Por otra parte, está previsto que el presidente Joe Biden visite Luisiana el viernes para examinar de primera mano los daños causados por el meteoro tras prometer ayuda federal a los estados del Golfo de México y del noroeste del país, donde los restos de Ida arrojaron lluvias récord y se cobraron la vida de al menos 46 personas entre Maryland y Connecticut.
Al menos 13 de los decesos se registraron en Luisiana, Mississippi y Alabama, incluyendo los tres de la residencia y los de dos operarios de 19 años que se electrocutaron el martes cuando trataban de restablecer el servicio eléctrico cerca de Birmingham, Alabama. Las autoridades achacaron varias muertes más a intoxicación por monóxido de carbono.
Alrededor de 900.000 personas en Luisiana, incluyendo casi toda la ciudad de Nueva Orleans, seguían sin suministro eléctrico y decenas de miles no tenían agua en medio del sofocante calor del final del verano. Los esfuerzos para achicar el agua de las casas contibuaban y largas filas de autos esperaban para repostar en muchas zonas desde Nueva Orleans a Baton Rouge.