El noreste de Estados Unidos se despertó aturdido y de luto el viernes al tiempo que los habitantes recogían los destrozos causados por el huracán Ida. Por lo menos 48 personas en cinco estados murieron en medio de inundaciones que afectaron viviendas particulares, dejaron varados a automóviles y abrumaron sistemas de desagüe nunca diseñados para recibir semejante torrente.
SurFlorida /. AP
El saldo más mortífero fue en Nueva Jersey, donde por lo menos 25 personas perecieron a causa de los aguaceros torrenciales a partir del miércoles. La mayoría de las víctimas se ahogaron en sus propios vehículos. Otras fueron arrastradas por las corrientes al abandonar sus automóviles.
Las aguas crecidas y la caída de un árbol causaron muertes en los estados de Maryland, Pensilvania, Connecticut y Nueva York. En la ciudad de Nueva York, 11 personas murieron ahogadas al quedar atrapadas en sus apartamentos subterráneos.
Las autoridades enfatizaron que aún no termina la labor de búsqueda de víctimas y de identificación de los muertos.
Las cuadrillas de emergencia se afanaban el viernes para sacar automóviles varados, limpiar el lodo, despejar escombros y restaurar el servicio de transporte público. Partes del sistema del metro de la ciudad de Nueva York seguían sin funcionar el jueves por la noche.
Los líderes de varios estados prometieron examinar maneras de evitar que ocurra semejante catástrofe en el futuro.
Tanto Nueva Jersey como Nueva York han invertido miles de millones de dólares en sistemas contra inundaciones tras el impacto de la tormenta Sandy en 2012, pero gran parte de esos baluartes están en las costas o en terrenos bajos.
El presidente Joe Biden declaró ambos estados zonas de desastre el jueves en la noche, lo que permite la asistencia de las agencias federales.
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, afirmó que la región debe darle prioridad a construir sistemas de defensa contra fenómenos climáticos que se harán más intensos y frecuentes a raíz del calentamiento atmosférico.
“Hay una cosa que quiero dejar claro: no vamos a tratar este asunto como algo que no va a volver a ocurrir en otros 500 años”, manifestó la gobernadora.
Ida tocó tierra el domingo en Luisiana y empató en el quinto lugar entre las peores tormentas en la historia estadounidense. Se desplazó gradualmente hacia el noreste, dejando aguaceros torrenciales a su paso.
Los expertos habían advertido sobre la posibilidad de inundaciones, pero la intensidad de los destrozos tomó por sorpresa a los habitantes de la región más poblada del país.
Una persona murió en Maryland y por lo menos otras cinco en Pensilvania, donde vecindarios enteros a orilla del río Schuylkill seguían sumergidos. Un policía de Connecticut murió cuando su patrulla fue arrastrada por las aguas. En un apartamento subterráneo de la ciudad de Nueva York, un niño de 2 años y sus padres murieron ahogados al no poder escapar al agua.
El Servicio Nacional de Meteorología precisó que el huracán engendró por lo menos 10 tornados, de los cuales los más feroces redujeron viviendas a añicos en Mullica Hill, en el estado de Nueva Jersey.