5 de noviembre de 2024 8:54 PM

Residentes de West Palm Beach tienen lazos con pueblo haitiano arrasado

Poco después de que un poderoso sismo remeció su pueblo natal en Haití, Osambert Jean empezó a recibir llamadas de decenas de amigos, inmigrantes como él del suroeste de la nación caribeña que se asentaron en este suburbio del sur de Florida entre el océano Atlántico y el gran pantano de los Everglades.

Sur Florida / AP

“Cada uno de ellos tiene malas noticias: mi familia está herida o mi casa se ha derrumbado”, dijo Jean, un agente de seguros residente en Boynton Beach cuyo hermano vive en Les Cayes, Haití. “La gente perdió todo, todo”.

El suburbio al sur de West Palm Beach tiene lazos profundos con Les Cayes, una localidad del sureste de Haití que recibió el mayor impacto del terremoto de magnitud 7,2. El sismo causó la muerte de más de 1.900 personas y heridas a casi 10.000.

Muchos pobladores de aquí temen por sus seres queridos. Algunos lloran la muerte de tíos y primos, mientras las autoridades tratan de averiguar las necesidades y exhortan al pueblo costero a participar de la campaña de auxilios.

Durante la década pasada, la población haitiana de Boynton Beach ha crecido lejos de la Pequeña Haití de Miami y establecido una relación con Les Cayes. Ha recibido la visita de sus autoridades, como un exalcalde que murió bajo los escombros de un hotel destruido por el temblor.

“Esto es algo personal. Conocemos a alguna de esta gente. Hemos interactuado con ellos. Para mí, es mi familia”, dijo Christina Romelus, una funcionaria municipal de ascendencia haitiana cuyo esposo perdió a tres familiares en el terremoto. “Una tiene la sensación de que no hay adónde ir ahora. El hogar está destruidi. El hogar ya no existe”.

La ciudad ha instalado un centro de donaciones en el cuartel de bomberos donde la gente deposita artículos médicos, equipo de protección personal y carpas.

Cosy Joseph, residente de Boynton Beach, volará a Les Cayes el jueves para llevar provisiones a una clínica rural supervisada por la Fundación Gaskov Clerge, la ONG regentada por ella. También visitará a su padre de 88 años e inspeccionará si hogar de infancia.

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