La frecuencia de incidentes contra asiáticos, desde burlas hasta ataques directos, reportados en Estados Unidos en lo que va del año parece que superará la del año pasado a pesar de meses de activismo político y social, según un informe publicado el jueves.
Sur Florida / apnews
Stop AAPI Hate, una colación nacional que recaba datos sobre ataques racistas relacionados con la pandemia, recibió 9.081 reportes de incidentes entre el 19 de marzo de 2020 y junio de 2021. De esos, 4.548 ocurrieron el año pasado y 4.533 este año. Desde que primero se reportó el coronavirus en China, las personas con descendencia asiática o de las islas del Pacífico, han sido tratadas como chivos expiatorios sólo por su raza.
Legisladores, activistas y grupos comunitarios han tratado de contener la ola de ataques. Ha habido una cantidad incontable de campañas en redes sociales y eventos públicos. En mayo, el presidente Joe Biden aprobó la bipartita Ley de Delitos de Odio COVID-19, lo que aceleró las revisiones del Departamento de Justicia de los delitos de odio en contra de asiáticos y puso a disposición fondos federales. Esas personas que brindan su apoyo no deberían sentirse desmotivadas porque los datos no han cambiado mucho, dijeron los líderes de Stop AAPI Hate.
“Cuando fomentas el odio, no es como un genio en la botella que puedes sacar y volver a meter cada vez que quieras”, dijo Manjusha Kulkarni, cofundadora de Stop AAPI Hate y directora ejecutiva del Consejo de Planificación y Políticas de Asia Pacífico. “Hay demasiada perpetuación de estos sistemas de creencias como para hacerlos desaparecer”.
Varios factores contribuyeron a los datos, desde un aumento de incidentes hasta el mayor deseo de reportarlos, según Kulkarni. Conforme abrió más la economía en los últimos meses, hubo más interacciones públicas y oportunidades de ataque, agregó. Además, suelen aumentar los reportes después de un incidente notorio como el tiroteo del 16 de marzo en un spa en el área de Atlanta en el que murieron seis mujeres asiáticas.
“Ahí, también, es cuando vimos que había incidentes que se habían llevado a cabo hacía semanas o meses, pero simplemente no estaban al tanto de nuestro centro de reportes o no se tomaron el tiempo para reportarlos”, dijo Kulkarni.