25 de noviembre de 2024 10:20 PM

Cabo en México, el gran destino golfístico vuelve mejor que antes

 La inauguración del Rancho San Lucas Golf Club fue algo grande.

Sur Florida / apnews

El diseñador del campo, Greg Norman; su propietario, Francisco “Paco” Bulnes, y personalidades de toda Baja California asistieron para celebrar la llegada del espectacular campo sobre el océano Pacífico. Cientos de invitados disfrutaron de comida gourmet y de presentaciones de músicos de la zona.

La velada terminó con un concierto de Journey y fuegos artificiales.

Tres semanas después, Rancho San Lucas cerró sus puertas, lo mismo que el resto del mundo, debido a la pandemia del COVID-19.

“El primer año fue duro, sin dudas”, expresó el director de golf de Rancho San Lucas Brad Wheatley.

Ahora que la pandemia empieza a ceder, Cabo se prepara para volver a la normalidad y recuperar su condición de uno de los destinos golfísticos más apetecidos del mundo.

El extremo de Baja California, que incluye a Cabo San Lucas y a San José del Cabo, contaba con dos campos de golf a principios de la década de 1990. Hoy es un sitio exclusivo, con 18 campos, uno más espectacular que el otro, y varios más en camino.

Algunos de los diseñadores más renombrados del mundo trabajaron en los campos de Cabo, incluidos Robert Trent Jones, Tom Fazio, Jack Nicklaus y Tom Weiskopf. Tiger Woods y Fred Couples también aportaron sus ideas en Cabo.

Los terrenos están muy bien cuidados y tienen vistas del Pacífico o del Mar de Cortés desde casi todos los hoyos. El clima es casi siempre templado.

Muchos de los greens no son baratos. Algunos cuestan entre 350 y 400 dólares. Pero se dice que la experiencia bien vale el gasto.

“Los Cabos es una de las ciudades golfísticas más importantes del mundo”, declaró Wheatley, quien lleva 30 años trabajando en Cabo. “Se juega un golf de alto nivel, de mucha calidad”.

El Campo Greg Norman de Rancho San Lucas es parte de un complejo de 337 hectáreas que incluye el lujoso Grand Solmar Resort & Spa, una comunidad de casas tipo hacienda y edificios de departamentos altos con vistas al océano.

Instalado junto al Pacífico, el campo tiene tres ecosistemas distintos: seis hoyos en las dunas, seis en el desierto y seis en un sector de colinas.

“No sé de muchos sitios en el mundo en los que puedas ver ballenas a 150 metros (unos 500 pies) de la costa mientras juegas al golf”, comentó Norman.

Cabo del Sol se encuentra en una comunidad de 728 hectáreas junto al Corredor Los Cabos, que incluye dos campos de golf, un club en la playa, cuatro hoteles —están construyendo un quinto—, casas y villas.

El Desert Course, diseñado por Weiskopf, abarca un terreno con arroyos y paisajes desérticos, con vistas de las montañas y del océano. El Cove Club, diseñado por Nicklaus, tiene una extensión de 1.600 metros (una milla) junto al Mar de Cortés, con hoyos desde los que se disfruta de vistas memorables del mar.

El Desert Course fue remodelado durante la pandemia y el Cove Club, sucesor del Ocean Course, fue privatizado y cuenta con residencias privadas y hoteles.

“El Desert Court era obviamente un campo de Weiskopf con hermosas vistas y las condiciones mejoraron enormemente desde marzo”, expresó Erin Dixon, vicepresidente a cargo de ventas de Cabo del Sol. “En ambos campos los jugadores disfrutarán de más colores que en el pasado por las especies plantadas y la limpieza hecha alrededor de los hoyos”.

Cabo es conocido como un destino ideal para los recesos de primavera de América del Norte, pero en los campos de golf la atmósfera es más relajada.

Los jugadores buenos pueden completar sus rondas relativamente rápido, pero también tienen la posibilidad de detenerse a ver las ballenas durante el invierno o de pasar un rato en uno de los numerosos sitios de descanso mientras juegan múltiples grupos al mismo tiempo.

Las “comfort stations” no son puestitos de hot dogs y gaseosas, como en Estados Unidos. Ofrecen tamales, tacos, pescado asado fresco, refrescos y bebidas alcohólicas. “No ves esto en Estados Unidos”, declaró Peter Carlton, presidente de la Oakmont Corporation.

Durante la pandemia, la mayor parte de los jugadores fueron mexicanos el año pasado, hasta que comenzaron a volver los turistas durante las fiestas de fin de año. El flujo turístico ha ido en aumento —hubo mucha gente durante el receso de primavera— y se acerca a los niveles de antes de la pandemia.

“Cabo está volviendo”, dijo Wheatley.

Y está recuperando su sitial de honor como uno de los destinos golfísticos más atractivos del mundo.

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