22 de diciembre de 2024 10:47 PM

Hay empleos disponibles, pero falta intensión de trabajar en Florida

Hay empleos disponibles, pero falta intensión de trabajar en Florida

Sur Florida / Diario las Américas

Cientos de empresas y negocios en Florida y el país aseguran que cuentan con miles de puestos de trabajo disponibles, pero no encuentran quienes quieran ocupar esas plazas y apuntan a ciertas ‘bondades’ del servicio de desempleo como causante de la falta de interés por trabajar.

Un restaurante en Calle 8, en Miami, cuelga un letrero en el que pide disculpas ante la demora de servicios por falta de empleados, mientras un aviso en una cafetería anuncia la disponibilidad de plazas: “Se solicita personal, interesados llenar aplicación”, o sea rellenar formulario.

Hay empleos disponibles, pero falta intensión de trabajar

“Hemos colgado letreros. Lo hemos anunciado de varias formas. Hemos entrevistado a más de 15 personas, pero ninguna ha querido aceptar el empleo”, aseguró Mary, que durante los meses de pandemia de coronavirus no dejó de atender a quienes acudieron a la cafetería Mima’s Kitchen, en Miami.

Otro letrero, en el restaurante La Carreta, avisa, en inglés, que hay vacantes para todas las plazas, tanto en Miami-Dade como en Broward.

“Crecemos y necesitamos empleados”, fue la respuesta dada, pero todos sabemos que miles de camareras y dependientes de cafeterías comparan salario con pago de desempleo.

Por ejemplo, Laura atendía el mostrador de una popular cafetería, cuando comenzó el azote del virus hace apenas un año y el cierre de negocios fue convocado.

La mujer perdió el empleo y durante un mes vivió a las buenas de Dios, mientras esperaba que el servicio de desempleo atendiera su caso.

En la popular cafetería ganaba el salario mínimo establecido entonces en Florida, $8.56 por hora, que después de pagar impuestos y contribuciones resultaba en 280 netos a la semana, más las monedas o algunos dólares que clientes les dejaba. Total: $1.300 netos al mes.

Hoy, después de 10 meses de desempleo, Laura recibe cada semana $180 netos del estado y $300 del Gobierno federal, además de $150 en ayuda alimentaria Food Stamps por su pequeño hijo, que a su vez recibe $300 de manutención que paga el padre.

Total: $2.270 netos al mes, sin sumar el sustento del hijo que papá paga.

“Yo quisiera trabajar para no tener que depender (de gobiernos), pero si ahora recibo mil dólares más, sin tener que salir de casa, pues aprovecho y espero”, comentó.

A mediados de abril del año pasado, el gobernador Ron DeSantis suspendió “mientras sea necesario” el requerimiento “actively seeking work”, o sea reportar cada 15 días un mínimo de 10 empleadores contactados para solicitar trabajo.

La suspensión no solo ayudó a mantener a la gente protegida del virus en sus casas, sino también facilitó el servicio de la red de desempleo, que entonces mostró una preocupante incompetencia por atender la solicitud de cerca de dos millones de floridanos.

No obstante, la ayuda federal de $300 a la semana caduca el 4 de septiembre y Sandra entonces recibirá $1.200 menos al mes, o sea percibirá $1.070 mensual, casi $300 menos de lo que ganaba en la cafetería.

“Saldré a buscar trabajo”, anticipó.

Otros casos

A diferencia de restaurantes y cafeterías, donde la pandemia hizo un estrago mayor y los empleados vuelven a tener trabajo, la disponibilidad de plazas en otros negocios o empresas es cuando menos distinta.

Ernesto es técnico medio en arquitectura, o sea graduado de college, y ahora completa sus estudios en Florida International University, pero perdió el puesto de dibujante que tuvo por cuatro años, donde percibía un salario bruto de $50.000 al año.

“La construcción, los diseños, es una de las primeras cosas que sufre con la llegada de una crisis económica y la empresa tuvo que reducir a la mitad su plantilla porque prácticamente dejó de recibir trabajo”, declaró.

Ernesto recibe cada semana $275 netos del estado, que es el monto máximo que paga Florida por desempleo, y $300 del Gobierno federal, lo que suma $2.300 al mes, unos $1.200 netos menos de lo que ganaba como dibujante arquitectónico.

En septiembre, cuando la ayuda federal de $300 a la semana caduque, Ernesto apenas tendrá para vivir $1.100 por mes.

“Estoy desesperado por volver a trabajar y recuperar mi salario. Si no, tendré que buscar otra cosa o irme a trabajar a una cafetería”, adelantó.

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