Menos estadounidenses se muestran reacios a recibir una vacuna contra el COVID-19 que hace unos meses, pero las dudas sobre los efectos secundarios y cómo se probaron las inyecciones aún mantienen con recelo a algunos, revela un sondeo presentado el martes.
SurFlorida – AP
Solo el 11% de las personas que no se han vacunado dijeron que lo hará, mientras que el 34% dijo que definitivamente no se vacunará, según la encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Esto deja un gran margen de personas que podrían vacunarse si alguien creíble resolviera sus dudas, ya que 27% dice que probablemente lo hará y otro 27% dice que probablemente no lo hará. Ahí es donde entra en juego la inmunóloga de los Institutos Nacionales de Salud, Kizzmekia Corbett.
Ella ayudó desarrollar la vacuna de Moderna contra el COVID-19, y pasa horas respondiendo preguntas sencillas, en especial de estadounidenses negros como ella, para contrarrestar la información errónea sobre las tres vacunas contra el coronavirus que se usan en Estados Unidos.
Entre otras cuestiones, ha respondido que las vacunas contra el COVID-19 no causan infertilidad. También niega que estas vacunas se sacaran de la nada: “Trabajamos duro durante los últimos seis años” buscando vacunas para los primos anteriores del COVID-19, una ventaja que marcó la diferencia, dijo recientemente Corbett a la AP.
Vacunar a la mayor cantidad de personas lo más rápido posible es fundamental para que el país vuelva a la normalidad. Más de 150 millones de personas, aproximadamente el 58% de todos los adultos, han recibido al menos una dosis, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
A medida que ese número crece, la renuencia disminuye. En general, la encuesta de AP-NORC encontró que aproximadamente 1 de cada 5 adultos estadounidenses dice que probablemente o definitivamente no se vacunará, en comparación con aproximadamente un tercio en enero, cuando las vacunas recién se estaban implementando.
Asimismo, los afroamericanos se están volviendo más abiertos a las vacunas, y el 26% ahora dice que definitivamente o probablemente no se vacunará en comparación con 41% en enero. Eso es similar al 22% de los hispanos y blancos que, según la encuesta, es poco probable que se vacunen. Entre los asiáticos, solo 9% dice que definitivamente o probablemente no se vacunará.