A varios meses de que se anunciara la interrupción de las transmisiones de los programas de Chespirito en todo el mundo, debido a la falta de un acuerdo entre Roberto Gómez Fernández y la empresa Televisa en torno al manejo financiero de las transmisiones del emblemático programa surgido en 1971, diversos aspectos del mismo y sus personajes han vuelto a dar de qué hablar.
Por surflorida/infobae
Y es que los fans de El chavo del ocho se manifestaron amargamente por la interrupción del programa, toda vez que se refirieron a él como una serie que los ha acompañado a través de las generaciones, por lo que en las redes sociales pidieron que el programa volviera a emitirse en las pantallas de toda América, como lo había venido haciendo desde hace casi 50 años.
En esta ocasión, y ante el furor por el recuerdo de la serie, un querido personaje ha vuelto a repasar aspectos de su vida y trayectoria, dentro y fuera de los sets del programa que le dieron fama. Se trata de María Antonieta de las Nieves, quien se encargó de darle vida a la niña más traviesa de la vecindad –La Chilindrina- que reveló los graves estragos de salud que padeció derivados de décadas de interpretar a su querido personaje, pues para caracterizarse de niña tuvo que vendarse el busto.
“Para verme niña me las apachurraba, me las vendaba, (y decían) ‘Ay, qué profesional es María Antonieta, mírala, qué niña se ve’. Pues cómo no, si me estaba ahogando, imagínate las primeras veces que lo usé yo dije ‘a ver hasta dónde aguanto’, pues aguanté 50 años”, contó la actriz en una charla publicada por el conductor Yordi Rosado en su canal de YouTube.
“50 años con el busto apretado, ¿qué pasó? Que me casé, que tuve a mi hijo, que se me hicieron unos tumores en los senos horrendos, que no podía alimentar bien a mi bebé porque no salía la leche y sin embargo yo traía un busto hasta acá, fui bustona desde joven”, aseguró la también actriz de doblaje, quien destapó que se tuvo que someter a procedimientos quirúrgicos porque le fueron detectados múltiples tumores.
“Fue mucho más complicado porque entonces toda me inflé y a sacar los tumores, y a sacar las grasas y a sacar todo y me puse realmente grave, me vino una infección generalizada, casi pierdo un seno. Me tuvieron que operar y poner unas prótesis, después no me gustó porque las prótesis eran grandes, y quítalas, y me quedaron unos hoyos, no sabes lo que he sufrido yo por mi Chilindrina. Y la última vez que me operé fue para quitarme las dos prótesis porque creían que tenía yo cáncer”, reveló.
Para su fortuna, ninguno de los tumores fue cancerígeno ni maligno, por lo que la actriz a la fecha sigue muy agradecida con Dios y con su doctora por haber actuado a tiempo en su caso y en el de su ya fallecido esposo.
“Lo peor de todo es que fue en el año 2000, a mi marido le encontraron cáncer en la próstata y a mí cáncer en los dos senos. Dije ‘primero operan a mi marido y ya que salga pues vemos qué pasa conmigo’, entonces lo operaron y bendito sea Dios fue tan a tiempo, bendita Beatriz Espinoza, mi doctora, que hasta la fecha es mi doctora, una operación maravillosa, muy a tiempo, no le pusieron una radiación, una quimioterapia, no le pusieron absolutamente nada, entonces dije ‘pues ni modo, ahí voy yo’, y tampoco me encontraron nada más que puras cicatrizaciones y cosas feas adentro de los senos por haberme fajado tantos años”, finalizó la emblemática actriz.