Cuando Oscar Valdez terminó su desmontaje de Miguel Berchelt el sábado en la fría noche de Las Vegas, Shakur Stevenson regaló una frase que ojalá sea profética: “esta es la única pelea que interesa ahora’‘, como dejando en claro que era la que él prefería, la que el público estaría interesado en ver.
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Y quizá no le falte razón, pero esa es una idea para más adelante, para ilusionar con el choque de estilos entre el nuevo campeón mexicano en las 130 libras y el hombre que algunos consideran como un futuro Floyd Mayweather por su boxeo completo y soberbio.
Pero eso, repito, será más adelante, porque esta es la hora del aplauso y el reconocimiento a Valdez que no era el favorito de nadie y se elevó como nunca antes en su carrera para conquistar su segunda faja en dos divisiones y pasar por encima de alguien que suele pasar por encima de sus oponentes.
El golpe que dejó tendido varios minutos -dramáticos y temerosos- sobre la lona del MGM Grand al Alacrán Berchelt, fue el tiro de gracia de un bombardeo bien calculado por parte de Valdez y su entrenador Eddy Reynoso, quien diseñó un plan que el pupilo ejecutó a la perfección y sacó de balance y poder al hombre más evitado en las 130 libras.
Berchelt, como promedio en sus últimas peleas previas a esta, lanzó 81 golpes por round y conectaba 32 de manera efectiva, mientras que ante Valdez solo pudo tirar 44 e impactar con 10. ¿Cómo pudo bajar tanto el accionar del Alacrán? La respuesta estaría en el jab y los movimientos laterales del nuevo rey.
Casi en ningún momento, Valdez se plantó cara a cara ante su compatriota. Durante todas las entrevistas prometió una guerra total, pero ocultó decir que la refriega llegaría de manera calculada, negando los espacios cerrados y cercanos donde Berchelt suele hacer más daño.
“Oscar estuvo absolutamente brillante”, expresó el presidente de Top Rank, Bob Arum, quien ahora estudiará cuál debe ser la próxima movida con el nuevo poseedor del cetro. “Ha peleado su carrera entera con nosotros y esto es lo mejor que hemos visto de él’‘.
Cuando llegó el primer conteo en el cuarto round, muchos se preguntaron cómo Berchelt pudo sobrevivir a tan persistente castigo, pero era apenas el aviso de lo que vendría más adelante. El Alacrán, incluso, tuvo sus momentos en los asaltos sexto y séptimo, pero Valdez usaba la inteligencia para agarrar y detener cualquier impulso de su oponente.
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