Por cuarto día consecutivo se realizaron protestas pedir la puesta en libertad del rapero Pablo Hasél, luego de que se pronunciara en contra de la Monarquía Española y la policía con fuertes mensajes a través de Twitter.
surflorida/ElPaís
Grupos violentos han lanzado piedras y botellas a los Mossos en Barcelona y Girona. El Síndic de Greuges, el defensor del Pueblo de Cataluña, Rafael Ribó, ha instado a las autoridades catalanas, españolas y europeas a que intervengan en el caso Hasél al considerar que “la libertad de expresión no tiene límites” y que, por ello, “no se puede penalizar con prisión”.
Por du parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha condenado los disturbios por el encarcelamiento de Hasél. “En una democracia plena es inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia, no hay excepción. Ninguna, porque la violencia es un ataque a las libertades de los demás”, ha dicho Sánchez. En el Congreso, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha condenado el “uso injustificable de la violencia de una minoría” y ha reconocido el trabajo policial.
Jaume Asens, portavoz parlamentario de En Comú Podem, ha subrayado hoy que “la violencia no es la vía”. El jueves, las protestas se sucedieron en varias ciudades del país, como Barcelona, Tarragona y Valencia, con al menos 16 detenidos. Siete de los arrestados en Barcelona han sido puestos en libertad provisional.