Japón administró el miércoles las primeras dosis de la vacuna contra el nuevo coronavirus a los trabajadores de salud, arrancando así una campaña de vacunación que es considerada fundamental para celebrar los postergados Juegos Olímpicos.
Sur Florida / apnews
Sin embargo, el progreso de la campaña es incierto en un país que está preocupado por una posible escasez de vacunas importadas y donde la gente suele ser reacia a recibir vacunas por temor a sus efectos secundarios.
El gobierno otorgó su demorada primera aprobación a la vacuna desarrollada y distribuida por Pfizer, que ya se ha utilizado en muchos otros países desde diciembre.
Japón se rezagó luego de que pidió a Pfizer realizar ensayos clínicos con ciudadanos japoneses, además de los ensayos previos que la compañía llevó a cabo en otros seis países. Pero las autoridades dijeron que era necesario resolver las inquietudes sobre la inocuidad de las vacunas en un país que es conocido por su baja confianza en ellas.
El abastecimiento de las vacunas importadas es una de las principales preocupaciones debido a la escasez y a las restricciones de suministro en Europa, donde se producen muchas de ellas. El suministro de vacunas importadas determinará el progreso de la campaña de vacunación en Japón, señaló el martes Taro Kono, ministro a cargo de la campaña de vacunación del país.
Unos 40.000 médicos y enfermeros de 100 hospitales seleccionados en el país recibieron su primera dosis el miércoles, y la segunda está prevista para el 10 de marzo. La mitad participará en un estudio de siete semanas.
Pero tras las semanas de demoras, el programa de vacunación de Japón se está llevando a cabo en un calendario apretado.
Las vacunas llegaron a un hospital de Tokio el martes por la noche, horas antes de que empezaran las vacunaciones al personal el miércoles por la mañana.
Un primer cargamento de la vacuna de Pfizer que llegó el viernes pasado al país es suficiente para vacunar a 40.000 médicos y enfermeros de 100 hospitales seleccionados en el país, dijo Kono.
La vacunación de 3,7 millones de trabajadores de salud más empezará en marzo, seguidos por la de unas 36 millones de personas de 65 años y más en abril. La gente con enfermedades preexistentes, así como los cuidadores de las residencias de ancianos y otros centros, serán los siguientes, antes de que la población en general reciba su turno.
Será alrededor de junio cuando la población en general sea vacunada, por lo que alcanzar la inmunidad colectiva contra el virus antes de los Juegos Olímpicos sería imposible, señalaron expertos.
Está programado que los Juegos Olímpicos de Tokio, que iban a realizarse en 2020, empiecen en julio.
La desconfianza de los japoneses hacia las vacunas viene de décadas atrás. Muchas personas sienten una intranquilidad poco clara, en parte porque a menudo se han exagerado los efectos secundarios.
La mitad de las personas que recibieron las primeras dosis mantendrán registros diarios de su condición durante siete semanas, datos que serán utilizados en un estudio de salud dirigido a informar a la gente que tiene inquietudes sobre los efectos secundarios.