5 de octubre de 2024 2:22 AM

Un hombre abre fuego en una clínica de Minnesota dejando un muerto y cuatro heridos

Gregory Paul Ulrich, de 67 años, entró la mañana de este martes a la Clínica Allina de Buffalo (Minnesota) y abrió fuego en lo que la policía de la ciudad al norte de Estados Unidos describió como una “escena horrible”. ¿El motivo? Las autoridades informaron que Ulrich se dijo “ descontento” con la atención médica que recibía. Tal descontento le llevó a abrir un tiroteo que ha dejado como saldo un muerto y otros cuatro heridos.

surflorida/Univision

No era la primera vez que Ulrich había manifestado su “descontento”, relata el diario StarTribune, de Minneapolis. La policía local informó de que había tenido “múltiples encuentros” con el atacante desde 2003.

El jefe de policía de Buffalo, Pat Budke, explicó que las autoridades sospechan que Ulrich llegó esta mañana al centro médico con la intención de atacar a una persona o personas específicas. “Por los previos contactos que hemos tenido con este individuo, lo más probable es que este incidente tuviera por objetivo a las personas o a alguna persona que trabaja en esta clínica”.

Las autoridades, además, informaron de que se registró una explosión en la clínica y que Ulrich había preparado otros artefactos explosivos tanto en el centro médico como en el motel donde se encontraba hospedado. La policía informó de que tienen suficiente información como para asegurar de que el hombre actuó solo.

Una mujer que recibió tres disparos fue trasladada por una ambulancia aérea al North Memorial Health Hospital (a unas 10 millas, 16 kilómetros, del sitio del ataque). Dos de los heridos fueron llevados ahí, mientras que los dos restantes estaban siendo atendidos en el hospital de Buffalo. Una de estas dos personas falleció la tarde de este martes, según informó la portavoz del hospital.

“Una espantosa forma de hacer daño”

Un vecino entrevistado por el StarTribune detalló que el hombre no tenía trabajo y vivía en un trailer park desde hace varios años. Raymond Zandstra, que ocupa un cuarto contiguo al del atacante dijo que no le sorprendía que Ulrich hubiese atacado la clínica. “Se quejaba de que no le daban suficiente medicación contra el dolor”, explicó. “Pero le daban medicamentos para un mes y se los acababa en una semana y media”.

Ulrich, incluso, llegó al punto de poner el nombre de un médico llamándole “un ladrón y simplemente nada bueno” y lo puso en el trailer park que ocupó antes de ir al motel donde se hospedaba hasta ahora “de cara al camino, para que todos lo vieran”.

El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, dijo que había enviado ayuda médica para asistir en la emergencia. El equipo de la policía ha pasado el martes buscando explosivos en el área.

“Esta es una espantosa forma de hacer daño a aquellos que trabajan para sanarnos”, dijo Frey, refiriéndose al personal médico. “Aquellos que están arriesgando su vida por la nuestra”.

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