23 de diciembre de 2024 6:02 AM

El legado de Kobe Bryant perdura más que nunca, tras un año de su muerte

Kobe Bryant no estuvo en la burbuja con los Lakers de Los Ángeles cuando se proclamaron campeones de la NBA el pasado otoño. Tampoco estuvo durante el Juego de Estrellas en Chicago, donde la mitad de los participantes lucieron su número en sus camisetas y la otro mitad usó el número de su hija. No estuvo para al anuncio de su exaltación al Salón de la Fama.

SurFlorida / AP

Pero su presencia se hizo sentir con fuerza en cada uno de esos momentos.

Bryant, su hija Gianna y otras siete personas que abordaron ese helicóptero una mañana de domingo en el sur de California perecieron hace un año — al cumplirse el martes el triste primer aniversario del accidente que les costó sus vidas.

Se lloró mucho. Se contaron anécdotas. Se rindieron tributos.

Y si había alguna duda sobre el legado de Bryant — cinco veces campeón de la NBA, cuarto máximo anotador en la historia y veterano de 20 temporadas en la liga — tras retirarse, ya nadie le discute. Aún repercute, quizás más que nunca.

“Que Dios guarde su alma, que Dios guarde el alma de Gigi y los otros siete que murieron”, dijo el auxiliar técnico de Miami y exjugador Caron Butler, amigo de Bryant por muchos años. “El legado que dejó. Lo logró todo. Inspiraba a la gente. Cuando se habla de crecer, encarar los retos, tener la mentalidad correcta, tener una perspectiva sobre la vida, Kobe era todo eso y es por eso que su legado perdurará siempre”.

Bryant se ha ido, pero Butler ha mantenido una promesa. Butler tenía un gusto febril por Mountain Dew, que llegaba al extremo de beber la soda durante los partidos mientras sus compañeros creían que estaba tomando Gatorade. Cuando Butler jugó con los Lakers, Bryant le pidió que dejara la costumbre.

Butler grabó un anuncio comercial el año pasado para Mountain Dew. Tomó un sorbo frente a las cámaras y de inmediato escupió la bebida.

“Por respeto a mi hermano”, dijo Butler.

Tony Altobelli perdió a su hermano, John Altobelli, en el accidente. Alyssa Altobelli era compañera de equipo de Gianna Bryant; subiéndose al helicóptero junto a John, su padre, y su madre Keri.

John Altobelli era el entrenador del equipo de béisbol del Orange Coast en el sur de California. Tony Altobelli es el encargado de relaciones públicas de los equipos deportivos de esa institución académica. El director de información tiene como misión darle promoción a sus equipos, en las buenas y las malas, buscando siempre la manera de contar una historia. Y de alguna manera, para esta historia tan dolorosa, Tony Altobelli pudo hacerlo.

Su hermano falleció junto a Kobe Bryant. Fue cómo el mundo quién era su hermano.

“Es bonito que su recuerdo y cómo vivió su vida sea encomiado en otras partes”, dijo Tony Altobelli. “Es algo que aminora lo ocurrido”.

Christina Mauser también falleció en el accidente. Ella era una de las entrenadoras en la academia de Bryant. Tony Altobelli y el esposo de Mauser, Matt, entablaron amistad durante este último año; no se conocían antes del 26 de enero de 2020. Matt Mauser ha organizado un concierto en homenaje de las víctimas y que busca recaudar fondos para la fundación que ha creado en memoria de su esposa — será transmitido la noche del martes.

Sarah Chester y su hija de 13 años, Payton, otra de las compañeros de equipo de Gianna y Alyssa, también iban a bordo. También pereció el piloto, Ara Zobayan. 

Los Lakers volaban cuando se dio a conocer la noticia, de vuelta tras jugar la noche previa en Filadelfia, la ciudad natal de Bryant.

La tragedia estremeció a la NBA de inmediato. Los Warriors de Golden State iniciaban una práctica cuando alguien se enteró.

“Todo se detuvo”, recordó el técnico de los Warriors Steve Kerr. “La música dejó de sonar. Los jugadores se detuvieron. Nadie dijo nada. Varios de los chicos se tiraron al tabloncillo y comenzaron a llorar. Nada durante 10 años. Quedamos atónitos. Fue uno de los peores momentos de nuestras vidas”.

Los Lakers no han previsto ningún acto formal por el día, al igual que la NBA No es un día de celebración. Es un día para recordar, aunque no sea necesario.

El legado de Bryant perdura. No será olvida. Tampoco el 26 de enero de 2020.

“No creo que ninguno de nosotros olvidará ese día”, dijo Kerr.

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