La Corte Suprema de Justicia de EEUU restableció el martes el requisito de que las mujeres que busquen practicarse un aborto con medicamentos deban recibirlos en persona de un proveedor médico, luego de que esa exigencia fuese suspendida en los últimos meses debido a la pandemia.
Sur Florida/Telemundo 51
La Corte avaló un pedido del Gobierno del presidente saliente, Donald Trump, que buscó restaurar las disposiciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) de que las mujeres recojan las píldoras en vez de recibirlas por correo, como había autorizado un juez a raíz de la emergencia sanitaria de COVID-19.
La mayoría conservadora se impuso 6-3 a los progresistas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Stephen Breyer.
“De los más de 20,000 medicamentos aprobados por la FDA, la Mifepristona es el único que la FDA exige que se recoja en persona para que los pacientes lo tomen en casa”, escribieron Sotomayor y Kagan en su disenso.
Las magistradas cuestionaron que la política del Gobierno “ahora permite a los pacientes recibir recetas de opioides potentes sin salir de casa, pero aún así requiere que las mujeres viajen a un consultorio médico para recoger la mifepristona solo para darse la vuelta, irse a casa e ingerirla sin supervisión”.
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se declaró de acuerdo con la opinión de la mayoría, al señalar que el asunto que tienen ante sí “no es si los requisitos para dispensar Mifepristona imponen una carga indebida sobre el derecho de la mujer al aborto como cuestión general” sino si el tribunal “ordenó correctamente” a la FDA levantar esos requisitos.
“Mi opinión es que los tribunales deben una deferencia significativa a las entidades políticamente responsables con ‘antecedentes, competencia y experiencia para evaluar la salud pública'”, apuntó Roberts, aunque la mayoría conservadora no explicó su posición.
Con la llegada a la Corte de la jueza Amy Coney Barrett, nominada por Trump luego de la muerte, en septiembre pasado, de la progresista Ruth Bader Ginsburg, el alto tribunal quedó con seis magistrados conservadores y tres liberales.