El primer ministro británico, Boris Johnson, hizo una escapada de 11 kilómetros en bicicleta el domingo, en pleno confinamiento, y ha desatado una gran polémica sobre el cumplimiento de la restricciones por el coronavirus, en medio de la ofensiva de las autoridades médicas y de la policía para que los británicos cumplan con el mensaje de Stay at home (Quedarse en casa).
Sur Florida/El Mundo
Downing Street ha defendido la excursión de Johnson al Parque Olímpico, donde fue avistado el domingo, alegando que no ha violado las reglas que permiten salidas “locales” para hacer ejercicio físico.
La “escapada” del premier ha creado en cualquier caso gran confusión entre los británicos. Durante el fin de semana, el asesor médico del Gobierno, Chris Witty, llegó a pedir a la población que se que “redoblaran” los esfuerzos del confinamiento y evitaran salir de casa para frenar la ola de más de 60.000 contagios diarios.
Witty advirtió que la nueva cepa más contagiosa del virus pertenece “a una liga superior” y ha puesto los hospitales en una situación límite. Reino Unido ha vuelto a ser el país con más muertes por la pandemia, 81.960 hasta el lunes.
Scotland Yard ha pedido entre tanto claridad sobre las reglas del confinamiento a Downing Street. Dos mujeres fueron recientemente multadas con 200 libras (222 euros) por conducir siete kilómetros en coche para ir a un parque a hacer ejercicio.
El propio Boris Johnson puede verse obligado a explicar el miércoles en el Parlamento su excursión en bicicleta de 11 kilómetros al este de Londres y detallar cómo encaja dentro de las normas del confinamiento que dicen textualmente: “No debes viajar fuera de tu zona local para hacer ejercicio”.
“Boris Johnson debe liderar con el ejemplo”, declaró el diputado laborista Andy Slaughter. “Londres tiene una de las mayores tasas de infección del país… Una y otra vez, el primer ministro está pidiendo a los británicos que hagan lo que él diga y no lo que él hace”.
La noticia de la “escapada” del premier se produce en medio de la petición de nuevas restricciones por parte de los científicos ante las hordas de británicos que salieron a los parques y a las playas durante un fin de semana inusualmente cálido en invierno, en contraste con las nevadas y las heladas causadas por la tormenta Filomena en España.
