Según dejó trascender la cadena CNN, funcionarios de la Casa Blanca aseguraron que “cualquier esfuerzo para combatir la piratería debe proteger contra el riesgo de que se censure en línea la actividad legal”. Es un mensaje para el Congreso: Barack Obama vetaría la iniciativa SOPA.
El proyecto “Stop Online Piracy Act” busca bloquear a aquellos sitios internet que ofrezcan copias ilegales de películas, música o series de TV. Y entre todos ellos, también se incluirían a las páginas de intercambio de enlaces. Esto no sólo afectaría a sitios de menor trascendencia y a gigantes como Facebook, Google, Yahoo o Twitter.
Los defensores de la propuesta (las grandes discográficas, los colosos de Hollywood) esperaban ansiosos al 24 de enero cuando supuestamente sería debatida en la cámara legislativa. Pero la Casa Blanca hizo trascender que cualquiera fuere el resultado, Barack Obama se opondría.
Los argumentos para oponerse son varios. Nadie discute que el “derecho de autor” tiene que ser replanteado en la era digital, pero la ley trata de forzar el uso de un copyright que no fue pensada para esta tecnología. Y para peor, convierte a un problema político-cultural en una persecución de dominios en todos los rincones del planeta (la ley ataca la indexación que casi toda se realiza en Estados Unidos).
Además, la iniciativa alcanza no sólo a los sitios de links como Google sino a los comentarios que cualquier usuario puede dejar en su Twitter o Facebook. Y aquí entra en juego la libertad de expresión, el gran peligro que le permitió al Poder Ejecutivo intervenir sin pudores en una causa compleja.
Y por último, ¿qué presidente estaría dispuesto a beber de esta SOPA en un año electoral? (AOL)