La posibilidad de conseguir las primeras vacunas contra el COVID-19 antes de final de año se concreta: después de Pfizer/BioNTech la semana pasada, la compañía estadounidense Moderna anunció el lunes que su vacuna es eficaz en un 94,5%. De ser aprobadas las vacunas serían consideradas una proeza científica, menos de un año después de la aparición del virus en China.
Sur Florida / diariolasamericas
Las dos vacunas podrían recibir la autorización de la agencia estadounidense de medicamentos, la FDA, en la primera quincena de diciembre, dijo el lunes Moncef Slaoui, responsable científico de la operación Warp Speed, con la que el presidente Donald Trump planea vacunar a toda la población.
En una primera instancia, esto permitiría vacunar desde la segunda quincena de diciembre a 20 millones de estadounidenses, prioritariamente los que están más expuestos a la enfermedad y las personas mayores, y 25 millones más por mes a partir de enero, dijo el funcionario en la cadena de televisión MSNBC.
También espera que la vacuna de Johnson & Johnson, de una sola dosis, muestre resultados en la segunda quincena de enero, lo que allanaría el camino para su aprobación en la segunda quincena de febrero. Por último, se estima que pueda autorizarse una cuarta en fase avanzada de pruebas, la de AstraZeneca/Oxford.
En total, Estados Unidos cree que con varias vacunas, a principios de abril habrá suficientes dosis para toda la población.
Europa
En cuanto a Europa, los funcionarios estiman que será posible comenzar las vacunaciones en enero, algo que está sujeto a que se expida la autorización.
A ambos lados del Atlántico, probablemente será necesario esperar hasta el verano de 2021 para volver a la normalidad, con una alta proporción de población vacunada.
El resultado de Moderna significa que el riesgo de contraer el nuevo coronavirus se redujo en 94,5% en el grupo vacunado con respecto al grupo placebo de su gran ensayo clínico en curso en Estados Unidos, según el análisis de los primeros casos. En las pruebas, 90 participantes del grupo placebo enfermaron de COVID-19, frente a cinco del grupo vacunado.
Se desconoce todavía cuánto dura la protección que ofrece la vacuna, algo que solo se sabrá con el tiempo.
Pero si este nivel de eficiencia se mantuviera en la población general, se trataría de una de las vacunas más eficaces que existen, comparable a la de la rubeola, eficaz en un 97% cuando se aplican dos dosis, y mucho mejor que la de la gripe (que ha oscilado en la última década entre el 19% y el 60%), según los estadounidenses Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La vacuna de Pfizer tendría una eficiencia del 90%.
Sin enfermos graves
“Es un momento crucial en el desarrollo de nuestra candidata a vacuna contra el COVID-19”, se congratuló el jefe de Moderna, Stéphane Bancel. “Este análisis intermedio positivo resultante de nuestro ensayo fase 3 nos da las primeras indicaciones clínicas de que nuestra vacuna puede prevenir la enfermedad del COVID-19, incluida la forma grave”.
Ningún enfermo grave por el nuevo coronavirus fue declarado entre las personas vacunadas, frente a 11 del grupo placebo. Según Moderna, entre el 9% y el 10% de los vacunados experimentaron efectos secundarios tras recibir la segunda dosis, como cansancio, dolor muscular o irritaciones cerca del punto de vacunación.
Estos resultados no han sido, sin embargo, evaluados todavía por científicos independientes. Más de 30.000 participantes integran este ensayo clínico a gran escala, llamado de fase 3 y comenzado el pasado mes de julio.
La empresa de biotecnología prevé solicitar una autorización para su lanzamiento al mercado “en las próximas semanas” en Estados Unidos, donde ya se comenzó a producir. Mientras que debe comenzar a ser producida también de aquí a fin de año por el grupo Lonza en Suiza.
Proeza científica
Si la vacuna es finalmente aprobada por la FDA, la rapidez de su desarrollo sería una proeza científica, menos de un año después de la aparición del virus en China.
Se necesitaron nueve años en la década de 1950 para desarrollar y autorizar la vacuna contra la rubeola. En la última década, la duración media del desarrollo para las 21 vacunas aprobadas por la FDA fue de ocho años, según un estudio publicado en la revista Jama.
La vacuna se administra en dos inyecciones separadas por cuatro semanas. Debe transportarse a -20 ºC, pero podría conservarse después descongelada en un refrigerador (2 a 8 °C) durante 30 días.
Fue desarrollada de forma conjunta con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
La vacuna se fundamenta en una tecnología reciente (Moderna fue creada en 2010), que nunca había sido puesta a prueba hasta ahora: el ARN mensajero. Instrucciones genéticas que penetran directamente en las células humanas, que son reprogramadas para que fabriquen un antígeno del coronavirus y desaten una respuesta del sistema inmunitario.
Prevé producir 20 millones de dosis este año, y entre 500 y 1.000 millones en 2021, gracias a sus centros de producción y colaboraciones industriales en Estados Unidos, Suiza y España.