El estreno mundial de un documental sobre el papa Francisco debía de ser un momento luminoso para un pontificado encerrado por la pandemia y asediado por un escándalo de corrupción, al recordar los días de gloria cuando Francisco recorría el mundo para bendecir a los oprimidos.
Sur Florida / AP
Pero el estreno con alfombra roja del documental “Francesco” ha sido todo lo contrario al surgir pruebas de que el Vaticano censuró al papa el año pasado al borrar de una entrevista su respaldo a las uniones civiles de personas del mismo sexo, segmento que reapareció en el documental.
Aparte de la tormenta generada por las declaraciones, el fiasco ha vuelto a enfocar los reflectores sobre las heridas frecuentemente autoinfligidas del Vaticano en materia de comunicaciones y la voluntad de Francisco de promover su propia agenda aún a costa de la reacción de los conservadores dentro de la Iglesia.
La reacción fue tan rápida como previsible: el cardenal Raymond Burke, frecuente némesis de Francisco en materia de doctrina, dijo que las declaraciones del papa carecían de “peso magisterial”, pero Burke expresó la preocupación de que semejantes opiniones personales del papa “generen gran desconcierto y sean causa de confusión y error entre los fieles católicos”.
El alboroto comenzó el miércoles con el estreno mundial de “Francesco”, un largometraje documental sobre Francisco y los asuntos que más le importan: cambio climático, refugiados, desigualdad social. Hacia la mitad del filme, expresa la opinión de que los gays merecen sen parte de la familia y que apoya una “ley de convivencia civil”, como dijo en español, para que gocen de protección legal.
Christopher Lamb, de la revista británica The Tablet, observó que en algunos países los derechos de los gays son cuestión de vida o muerte y que Francisco quiere que la Iglesia defienda a los católicos LGBT de una discriminación acaso fatal.
“El papa está dispuesto a ‘romper algunos platos’ para garantizar que comunica este mensaje de compasión basado en el Evangelio”, tuiteó.
Pero el contenido de las palabras del papa casi se perdió en la controversia en torno a su origen.
Al principio, el director Evgeny Afineevsky aseguró que Francisco le había hecho esas declaraciones directamente a él. Entonces un asesor de medios de Francisco dijo que provenían de una entrevista de 2019 con la red mexicana Televisa y que por lo tanto eran una noticia vieja.
Televisa confirmó el origen de las citas, pero dijo que nunca salieron al aire. Una fuente en México dijo que el Vaticano —que filmó la entrevista con sus propias cámaras y entregó la filmación sin editar a Televisa— había eliminado la cita sobre las uniones civiles. La fuente habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizada a informar a la prensa.
El Vaticano se ha negado a hacer declaraciones y ha impuesto una suerte de apagón periodístico sobre todo el asunto. Ninguno de los órganos internos del Vaticano ha informado sobre la censura y el viernes el periódico Il Fatto Quotidiano citó un correo electrónico de un empleado del ministerio de Comunicaciones del Vaticano a otros empleados, según el cual no se harán declaraciones, pero que “se han iniciado conversaciones para enfrentar la actual crisis mediática”.