El No. 10 de Florida y el campeón nacional defensor LSU ahora están programados para jugar en diciembre. Desafortunadamente para el entrenador Dan Mullen, el estadio aún no estará lleno.
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La Conferencia Sureste pospuso el juego LSU-Florida del sábado un día después de que Mullen tuviera 19 jugadores y entrenadores dando positivo por COVID-19. El director de atletismo de Florida, Scott Stricklin, dijo el miércoles que el número ahora es de 21 positivos y considerablemente más en cuarentena debido al rastreo de contratos.
Es probable que esos jugadores no hubieran estado disponibles contra los Tigres, lo que dejaría a Florida con menos de 50 atletas becados y menos que el umbral de la SEC (53) para realizar juegos en medio de la pandemia de coronavirus.
El juego fue reprogramado tentativamente para el 12 de diciembre, la semana de descanso de la liga antes de su campeonato anual. Es el segundo juego contra la SEC esta semana, después de Missouri-Vanderbilt.
Florida recibe a Missouri a continuación, el 24 de octubre, y ese juego también podría estar en peligro.
“Ojalá no tengamos más aspectos positivos y podamos pasar al otro lado de esto y luego podamos hacer que todos vuelvan a una situación en la que puedan volver a competir”, dijo Stricklin.
Florida pausó las actividades del equipo el martes después de ver un aumento en los aspectos positivos. Mullen dijo que dos entrenadores asistentes también dieron positivo. Desde entonces, los Gators se han trasladado a las pruebas diarias y han detenido las reuniones y prácticas de forma indefinida.
Stricklin sugirió que viajar a Texas A&M pudo haber sido la raíz del brote del equipo, y dos jugadores que luego dieron positivo le dijeron a los médicos del equipo que tenían síntomas antes de subirse a un avión el viernes pasado. Uno tenía secreción nasal, el otro dolor de cabeza.
Ninguno le dijo a nadie, a lo que Stricklin dijo que se dirigirá. También insinuó la posibilidad de revisar los protocolos de viaje.
“Realmente creo que podría ser tan simple como no comprender los síntomas”, dijo Stricklin, señalando que Florida ha tenido 10 positivos durante las 11 semanas anteriores. “Conozco personalmente a personas que han tenido resfríos y un amigo suyo era COVID positivo, así que fueron a hacerse la prueba y descubrieron que lo tenían. Pensaron que solo tenían algo bastante común …
“Como estudiante universitario, tienes esas cosas y no es raro. Pero en un entorno COVID, es tan importante que seamos hipersensibles a ser diligentes en ese frente. No sé si esta fue una situación en la que alguien va”. No me siento bien, pero voy a superarlo ”. Creo que esta es una situación en la que alguien se sintió como, ‘Tengo un resfriado, necesito un Kleenex y estoy listo para jugar’ ”.
El cierre de Florida se produjo tres días después de los comentarios de Mullen sobre el deseo de reunir a 90.000 fanáticos dentro del Florida Field para crear una mejor ventaja de local contra los Tigres. Mullen no se redobló el lunes, pero tampoco retrocedió.
Hizo a un lado las críticas y elogió a sus muchachos por lo bien que han manejado los protocolos de seguridad de COVID.
Finalmente retrocedió dos días después y se disculpó “si ofendía a la gente oa alguien por ahí”.
“Una de las cosas que quiero alentar es lo que los funcionarios de salud locales salgan y digan, ‘Este es el número de personas que vamos a permitir en el juego en este momento’”, dijo Mullen. “Quiero animar a esas personas a que entren, traigan la energía, traigan la emoción al estadio y ayuden a nuestro equipo a ganar y traer esa energía que traen de lo que hace que el Swamp sea un lugar tan especial para ir a jugar”.
Stricklin dejó en claro el miércoles que Mullen se excedió en su área de especialización y agregó que el plan para el resto de 2020 sería permitir hasta 17,000 fanáticos (25% de capacidad) en Florida Field para juegos en casa.
“Ese número cambiará algún día. No sé cuándo cambiarán ”, dijo Stricklin. “Pero hasta que eso cambie, aquí es donde estaremos”.
