23 de diciembre de 2024 8:07 AM

Grupo de mujeres crea nueva ola de #MeToo en Dinamarca

Una nueva ola del movimiento #MeToo aparece en Dinamarca, donde miles de mujeres denuncian el sexismo omnipresente, hostigamientos y comportamientos fuera de lugar, lo que llevó a un jefe de partido a renunciar por importunar a una colega al tocarle la pierna.

Sur Florida/Diario Las Américas

Morten Østergaard, jefe del partido social-liberal, autoproclamado ejemplo de la lucha contra el sexismo, renunció a su puesto el pasado miércoles por la noche.

La razón fue su tentativa fracasada de ocultar que importunó a una colega al ponerle una mano en su pierna hace unos 10 años.

“Morten se excusó y lo perdoné. El problema no es lo que pasó sino la gestión del caso (…) Lo que es importante para mí es que la cultura cambie”, escribió en Facebook Lotte Rod, que antes había revelado el incidente del que fue víctima sin nombrar a la persona.

En 2017, en pleno auge del movimiento #MeToo, varias mujeres denunciaron hostigamientos, especialmente en los medios culturales daneses, pero el movimiento no despegó entonces.

“Se tenía la idea de que era un asunto ligado a las minorías, algo que no era verdaderamente danés. Y el tratamiento mediático era del orden del debate de ideas”, dijo Camilla Møhring Reestorff, de la universidad de Aarhus.

Esta vez es diferente para las mujeres que forman parte del nuevo colectivo #MeToo.

“Justicia social”

“Hoy, la cantidad de testimonios, desde médicas en la universidad hasta la industria musical, ha sido como una bola de nieve”, comentó Christian Groes, antropóloga de la Universidad de Roskilde.

“Cada vez son más las mujeres de un variado número de sectores que comparten su experiencia, lo que engendra un efecto dominó y facilita a la gente tomar consciencia de la necesidad de un cambio colectivo. En 2017-2018 era un debate, pero ahora es un movimiento de justicia social”, señaló este especialista del estudio de género.

“¿Por qué esta lentitud? Tal vez a causa de la ambivalencia de los daneses respecto al feminismo en un país donde la igualdad entre los sexos tiene valor de canon”, expresó Møhring Reestorff.

En 2019, un estudio internacional realizado por YouGov mostraba que solo un danés de seis se consideraba feminista, contra de una persona de dos en su vecina Suecia.

“Vivimos con la idea de ser un país progresista, libre e igualitario. Lo que nos hace volver un poco ciegos ante el sexismo”, dijo la investigadora.

En septiembre, el ministro de la Paridad Mogens Jensen afirmó en Twitter que quiere terminar con el acoso sexual en el trabajo, tras el testimonio en directo de una animadora de televisión.

La animadora, Sofie Linde, sorprendió al público de una gala televisada al contar más de 12 años después de los hechos, como un alto responsable de la televisión pública le propuso favorecer su carrera a cambio de una felación.

Unas 1.600 mujeres le escribieron cartas de apoyo, denunciando que todas sufren de sexismo en un momento de su carrera.

“Tenemos claramente necesidad de cambiar de cultura. No hemos logrado crear relaciones de trabajo paritarias. Vamos a cambiar eso y esto comienza ahora”, aseguró en Instagram la Primera ministra Mette Frederiksen.

La dirigente socialdemócrata reiteró su confianza a su ministro de Relaciones Exteriores, Jeppe Kofod, quien reconoció en 2008 que tuvo una relación sexual con una adolescente de 15 años en un acto del partido.

Este funcionario que ahora tiene 46 años, renunció temporalmente a sus responsabilidades luego de calificar lo que hizo de falta de juicio y de ser una relación moralmente inconveniente.

El ministro presentó de nuevo sus excusas.

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