Ya no van a estar más ahí el pescado a la sal, los bogavantes, las cigalas, las patatas a lo pobre y otras delicias de la cocina española que La Dorada hizo famosos en Miami.
Sur Florida/El Nuevo Herald
El restaurante de Coral Gables, que fue favorito de celebridades como Isabel Pantoja, Camilo Sesto y José José, cerrará a finales de septiembre como otra víctima de la crisis generada en los negocios por el COVID-19.
“Tenemos que cerrar, con todo el dolor de mi alma, no podemos seguir”, dijo Lilly Gándara, codueña del restaurante con su esposo, Domingo Gándara, uno de los más experimentados restaurateurs de Miami desde hace cuatro décadas.
Dos razones fuera de su control determinan la suerte del restaurante, dijo Lilly: la remodelación de la calle Giralda, que tomó dos años, y dificultó la entrada al restaurante, y la pandemia.
“Esta situación ha sido el tiro de gracia”, reconoció Lilly Gándara, señalando que en febrero ya habían logrado recuperarse de la situación generada por la construcción en Giralda.
Pero como para muchos negocios en Miami, el alquiler ha sido lo que más los ha golpeado en medio de cuarentenas, cierres y restricciones.
“El alquiler en Coral Gables es impagable”, apuntó Lilly, indicando que La Dorada paga $22,580 de alquiler al mes y ahora enfrenta un recargo por pagos tardes mensuales de $4,500 desde marzo.
Desde que comenzó la pandemia, en Coral Gables han cerrado restaurantes muy conocidos que le dieron personalidad a la zona, como Ortanique on the Mile, que cerró en julio después de 21 años, y la taberna JohnMartin’s Irish Pub & Restaurant, en abril.
“Ha sido muy duro, muy complicado. No esperábamos tener este final”, dijo Gándara, señalando que también lo siente mucho por los 32 empleados del restaurante, que están muy tristes porque perderán su trabajo.
El restaurante se mantendrá abierto hasta el 26 de septiembre y conservará la frescura y calidad de los mariscos por los que se distinguen, prometió Gándara.
“Tenemos capacidad para 250 personas y podemos seguir muy bien las reglas del distanciamiento”, dijo.
En Miami-Dade los restaurantes pueden abrir sus salones interiores a mitad de capacidad.
También informó que tienen a la venta las piezas náuticas y las obras de arte que conforman la decoración del restaurante, para quienes quieran tener un souvenir.
Aunque consideran que la situación es muy incierta para iniciar un negocio, en un futuro podrían abrir este u otro restaurante de comida española, porque esa es la pasión de Domingo Gándara.
“No tengo palabras para consolar a mi esposo”, concluyó Lilly. “Hemos puesto mucho esfuerzo y mucho trabajo en el restaurante, pero seguiremos en Miami y habrá otras oportunidades”.