Diez personas murieron y más de una docena resultaron heridas el miércoles en la capital de Afganistán por la explosión de una bomba en un ataque contra el vicepresidente primero del país, dijo el Ministerio del Interior.
Sur Florida/Telemundo 51
Varios de los heridos eran guardaespaldas del mandatario.
Nadie se atribuyó de inmediato la autoría del atentado, y los talibanes negaron rápidamente estar detrás del incidente.
El primer vicepresidente del país, Amrullah Saleh, sufrió quemaduras leves.
Saleh, quién también es el exjefe de la inteligencia afgana, dijo en su primera aparición televisiva justo después del ataque que estaba bien y que sufría apenas ligeras quemaduras. En las imágenes llevaba una venda en una mano.
“Yo y mi hijo pequeño, que también estaba conmigo, estamos bien”, dijo Saleh en su intervención.
“Tengo quemaduras leves en la cara y en una mano por la onda expansiva de la explosión. No tengo detalles exactos ahora mismo, pero pido disculpas a quienes sufrieron perdidas personales y a quienes perdieron sus propiedades en el ataque”.
Su vocero, Razwan Murad, calificó el atentado de “despiadada acción terrorista”. Las carreteras próximas al escenario de la explosión quedaron cortadas.
El Ministerio del Interior explicó que la bomba estalló al paso del convoy de Saleh por una parte de Kabul donde se venden bombonas de gas que se utilizan para cocinar y calentar las casas. La explosión provocó un incendio en varias tiendas.
El estallido dejó tras de sí un escenario de devastación.
Al menos 10 comercios ardían luego de una explosión que también rompió los vidrios de docenas de viviendas cercanas, donde algunas puertas quedaron colgando de las bisagras. Los autos también sufrieron daños y los escombros se amontonaban por la zona.
El portavoz del ministerio, Tariq Arian, había confirmado a The Associated Press antes que el objetivo de la bomba era la comitiva de Saleh.
En un primer momento, Arian dijo que había al menos dos civiles muertos, pero más tarde el conteo de víctimas mortales subió a 10. Al menos 15 personas más resultaron heridas, dijo el ministerio.
El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahed, negó de inmediato la implicación de los insurgentes diciendo que “la explosión de hoy en Kabul no tiene nada que ver con los muyahidines del Emirato Islámico”, el nombre por el que se refieren a sí mismos.
Pero tanto los talibanes como el grupo extremista Estados Islámico tienen una presencia activa en la capital afgana, donde las tensiones son altas antes del esperado inicio de las negociaciones entre una delegación oficial afgana y los talibanes.
Estados Unidos ha estado intentando aumentar la presión sobre los dos bandos para que se sienten a negociar.
El enviado de paz de Washington, Zalmay Khalilzad, está en Qatar, donde los talibanes tienen una oficina política, tratando de que comiencen las conversaciones.
El diálogo intraafgano forma parte del acuerdo de paz firmado entre Washington y los talibanes en febrero en Qatar y que pone fin a la guerra más larga librada nunca por Estados Unidos.
En ese momento, las negociaciones se presentaron como la mejor opción de Afganistán para alcanzar la paz tras décadas de conflicto.