La tutela legal a la que vive sometida Britney Spears desde hace doce años y que en la práctica cede el control tanto de sus finanzas como de las decisiones importantes de su vida a una tercera persona, en este caso su padre, Jamie Spears, ha dado mucho de qué hablar en las últimas semanas.
Sur Florida/El Diario
Según asegura la prensa estadounidense, la princesa del pop desearía recuperar parcelas de independencia y se opondría firmemente a que su progenitor volviera a ejercer como su tutor legal, tal y como ha dejado claro ante el juez que supervisa su caso, después de que él renunciara a ese cargo temporalmente el año pasado debido a sus problemas de salud.
La intención de la cantante es que sea su actual manager -quien sustituyó temporalmente a Jamie- quien vele por sus intereses en ese sentido, y también ha conseguido que se apruebe el nombramiento de su hermana menor, Jamie Lynn, como la administradora del fideicomiso que se creó en 2004 para proteger la fortuna personal de Britney. Ahora la artista ha dejado claro que no quiere poner fin a esa tutela, a la que se sometió de forma voluntaria, según ha recalcado. En realidad, solo quiere que se designe a un fiduciario corporativo -la firma de asesoramiento financiero Bessemer Trust, en concreto- con experiencia en este tipo de situaciones.
“Esta es una tutela voluntaria. La tutelada desea ejercer su derecho a proponer al tutor que se ocupará de su patrimonio”, ha afirmado su abogado, Samuel Ingham III, en una serie de documentos presentados este lunes y a los que ha tenido acceso el portal Entertainment Tonight. Su representante legal también ha dejado claro que Britney no sufre ninguna discapacidad del desarrollo, como se ha rumoreado en varias ocasiones, ni es paciente -interna o externa- de una institución estatal bajo la jurisdicción del Departamento de Hospitales Estatales o del Departamento de Servicios de Desarrollo de California.
