Decenas de miles de californianos tuvieron que desplazarse el viernes bajo órdenes de evacuación masiva en medio de una ola de calor y la pandemia, mientras los incendios causados por una tormenta eléctrica se extendían por los áridos parajes de la bahía de San Francisco y sus alrededores.
Sur Florida/Reuters
Al menos seis personas han muerto en los incendios, según informó el Departamento Forestal y Protección contra Incendios de California (CalFire) el jueves por la noche.
Con los equipos de extinción tremendamente agotados en California por la mayor oleada de tormentas eléctricas en más de una década, algunos equipos de tierra trabajaron durante turnos de 72 horas para frenar la propagación de los incendios, a pesar de los intentos de traer refuerzos de otros estados.
“Sin refuerzos a la vista, sólo hacen lo que tienen que hacer”, dijo por teléfono el portavoz de CalFire, Scott Ross, refiriéndose a los equipos de bomberos que normalmente trabajan en turnos de 24 horas. “Estamos muy ocupados”.
Se estima que 11.000 rayos, principalmente en el norte y centro de California, causaron más de 370 incendios esta semana, generando casi dos docenas de grandes conflagraciones que amenazaron miles de hogares y provocaron evacuaciones masivas.
Hasta el jueves por la noche, los mayores incendios en California habían devorado más de 630.000 acres (unos 2.600 km cuadrados), un área dos veces mayor que Los Ángeles. Cientos de casas y otros edificios quedaron en ruinas.
Un empleado de una eléctrica murió el miércoles mientras ayudaba a desactivar los peligros eléctricos para los servicios de rescate. Ese mismo día, el piloto de un helicóptero contra incendios contratado por el estado murió en un accidente durante una misión de lanzamiento de agua en el condado de Fresno.
Las autoridades de CalFire informaron a última hora del jueves de cuatro muertes de civiles en la misma zona de incendio, llamada el Complejo LNU, donde el trabajador había muerto, aunque no se ofrecieron detalles sobre las circunstancias de sus muertes.
DIFICULTAD PARA RESPIRAR
Las columnas de humo y cenizas contaminaban la calidad del aire a lo largo de cientos de kilómetros alrededor de las zonas de incendio, lo que se sumaba a la devastación y los riesgos para la salud de los residentes que se veían obligados a huir o los que estaban atrapados dentro de sus asfixiantes viviendas sin aire acondicionado.
Los expertos médicos advirtieron que la pandemia de coronavirus ha aumentado considerablemente los peligros para la salud que plantean el aire con humo y el calor extremo, especialmente para las personas mayores y las que ya padecen enfermedades respiratorias.
Una de las mayores amenazas inmediatas fue un grupo de incendios que azotó las montañas de Santa Cruz al sur de San Francisco, obligando a unos 48.000 residentes a huir de sus viviendas y destruyendo al menos 50 estructuras, dijo CalFire.
Varias bodegas de la región se vieron obligadas a dejar la vendimia a medida que las evacuaciones se ampliaban en los condados de Napa y Sonoma, informó el diario local San Jose Mercury News.
Los incendios se produjeron en medio de una ola de calor sin precedentes que ha asolado California desde el viernes pasado, como resultado de una cúpula de alta presión atmosférica que se cierne sobre el suroeste de EEUU.
Los meteorólogos dicen que las mismas altas presiones también han estado desviando la humedad de los restos de una tormenta tropical ahora disipada en la costa de México, creando condiciones propicias para tormentas eléctricas en gran parte de California.