La imagen del extinto capo del narcotráfico Pablo Escobar ya no sólo está en televisión y álbumes coleccionables. Ahora aparece estampada en camisetas de transeúntes por las calles de Estados Unidos, México, España y Austria, aseguró el viernes su hijo, creador de la línea de ropa a la que pertenecen las prendas.
La idea de vender la imagen de Escobar en camisetas y pantalones fue de su hijo Juan Pablo, de 35 años y quien desde hace casi 20 vive en Argentina. Juan Pablo adquirió legalmente el nombre de Sebastián Marroquín, para evitar una relación inmediata con el mundo de la mafia tras salir de Colombia en diciembre de 1994, según ha contado.
La particular idea de la colección de ropa surgió hace cinco o seis años, explicó Marroquín en entrevista telefónica con The Associated Press desde Buenos Aires.
“Yo venía trabajando en mi mente cómo desarrollar la idea, que finalmente pudo ver la luz hace un año” y las primeras prendas de vestir salieron al mercado entre mayo y junio, dijo Marroquín.
Por su parte, familiares de víctimas de Escobar, quien fue finalmente abatido por la policía colombiana en diciembre de 1993, dijeron que aunque su hijo tiene derecho a ganarse la vida legalmente, no era correcto explotar la imagen de un delincuente.
“El hijo de Pablo Escobar es un ciudadano que tiene sus derechos y tiene la posibilidad de realizar las actividades comerciales que desee”, dijo telefónicamente a la AP el ex ministro de Justicia Carlos Medellín Becerra, cuyo padre Carlos Medellín Forero, fue uno de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia muertos en el asalto en noviembre de 1985 al Palacio de Justicia por una guerrilla ya pacificada, en un acto que una comisión de la verdad dijo que fue financiado por Escobar.
Pero “no hay duda que hay un aprovechamiento de la imagen de un delincuente muy grande para vender álbumes, ropa, camisetas lo que fuera. No es correcto aprovechar la imagen de un delincuente para fines comerciales, ni para el hijo de Escobar ni para nadie”, añadió Medellín.
Entre las imágenes que aparecen estampadas en las prendas de vestir como las camisetas, figuran fotos de la cédula de ciudadanía del capo, sus tarjetas de crédito, su certificado judicial expedido por la desaparecida policía secreta o el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el carné del colegio donde estudió el bachillerato y un permiso del Congreso que, hacia 1982, le permitía estacionar en cualquier sitio dada su calidad de legislador, narró su hijo.
Los precios de las 10.000 camisetas que se han hecho de la primera tanda oscilan entre los 65 y los 95 dólares cada una, dijo Marroquín.
Aparte de Estados Unidos, México, España y Austria, los fabricantes han recibido propuestas de tiendas de Italia, Israel, Rusia y Japón, agregó.
También se han hecho unos 2.000 pantalones con un valor similar al de las camisetas, aseguró.
El hijo de Escobar señaló estar consciente de que su idea “roza con lo paradójico” toda vez que él reconoce que la imagen de su padre es muy fuerte y sinónimo de violencia.
Por eso, según dijo, su objetivo “es enviar un mensaje de paz y de reflexión sobe su historia personal… No para invitar a que sea un modelo a seguir sino todo lo contrario: que sea un modelo a no repetirse”.
La empresa y la marca de la ropa se llama “Escobar-Henao”, el apellido paterno y materno que originalmente tenía Juan Pablo. La ropa se produce en una fábrica de la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia a 250 kilómetros de la capital colombiana, precisamente donde Escobar fue muerto por la fuerza pública y donde reinó en sus años de mayor poderío.
Marroquín sostiene que escogió la ciudad de Medellín, entre otras cosas, para apoyar la industria nacional, para generar empleo y para tratar de disminuir la violencia que su padre durante más de una década sembró en sus calles. Al menos ocho personas trabajan de forma directa en la fabricación de las prendas, dijo.
La ropa, sin embargo, ni se está vendiendo ni se venderá en Colombia por respeto a las víctimas del accionar criminal de Escobar, indicó.
“No queremos lucrarnos del dolor de ningún colombiano”, aseguró Marroquín. “Los colombianos le sacan a uno el cuerpo (evaden) más que la gente del exterior, aunque yo entiendo que mi padre dejó una ola de violencia muy fuerte que marcó un país”.
Marroquín detalló que parte de las ganancias que obtiene la firma “Escobar Henao”, cuya cuantía no detalló, son invertidas para ayudar a familias en Medellín. La ayuda puede ser en especie, por ejemplo con una silla de ruedas, o con servicios como tutorías estudiantiles. Las familias que reciben el apoyo prefieren permanecer en el anonimato, según Marroquín, quien relató que en un principio buscaron apoyar el trabajo de ONGs y otros planes sociales, pero que fueron rechazados por ser familia de Escobar.
Aseguró que “yo aún no puedo decir que (el de la ropa) sea un negocio lucrativo porque apenas está empezando”.
De la multimillonaria fortuna que tuvo su padre, tanto él como a su madre, Maria Valeria Henao, y a su hermana Manuela no les quedó nada.
“Lo único que (nos) queda de Pablo Escobar es el ADN”, aseguró.
Aunque en la prensa han surgido dudas sobre su patrimonio, recordó que la Corte Suprema de Justicia de Argentina, tras un proceso de siete años en distintos juzgados, le absolvió en 2006 de cargos por lavado de activos y no tiene procesos pendientes en Colombia. Dijo que él mismo financió la colección de ropa junto a otros empresarios, que no mencionó.
La primera colección de ropa se llama “Poder-Poder” y en uno de sus eslogan “cuestiona para qué es el poder y para que lo queremos”, en alusión al enorme poder que tuvo su padre gracias a la fortuna que amasó por haber sido el narco más grande y temido del mundo de su época en los años 80 e inicios de los 90.
En su concepto, él como hijo tiene “derecho a explotar la imagen” de su padre, a diferencia de otras personas que, según dijo, se han lucrado de lo que fue la vida del capo a través de distintos libros y series de televisión, como la más reciente del canal colombiano Caracol, estrenada en mayo pasado, y ya transmitida desde julio en Estados Unidos a través de la cadena Telemundo.