**La patria de Bolívar va a una consulta electoral que ha copado la escena mundial frente a un resultado que se presagia sumamente cerrado. Las encuestadoras de mayor trayectoria dan un empate técnico.
Venezuela va este próximo domingo a una crucial elección que intenta poner fin a un mandato izquierdista de 14 años liderado por Hugo Chávez o apostar por el cambio personalizado por el derechista Henrique Capriles Randonski en representación de toda la oposición venezolana que realizó consulta interna para enfrentar de manera unida las aspiraciones reeleccionistas del actual presidente.
Será la clásica batalla entre la izquierda y la derecha.
Los últimos 14 años han representado para Venezuela un radical viraje luego de 40 años de gobiernos compartidos entre los entonces llamados partidos del status Acción Democrática y Copei que lograron consolidar la democracia tras el derrocamiento del último dictador, Marcos Pérez Jiménez.
Los gobiernos de la llamada por Chávez, cuarta republica hicieron un aporte importante a la educación, la seguridad social, la agricultura, infraestructura, vialidad, sin embargo el desgaste comenzó a aparecer a finales de las década de los 80 al surgir escandalosas denuncias de corrupción que comenzaron a deteriorar las bases de una de las democracias más sólidas del continente perdiendose una preciosa oportunidad de interpretar a las mayorías.
También la política entendida de manera clientelar, la ineficiencia y la desidia fueron corroyendo la base de los partidos políticos, desencantando a la gente.
Dos clarinadas importantes marcaron el futuro de Venezuela en la década del 80 y 90. El primero fue el 28 de febrero del 89 al recién asumir el poder Carlos Andrés Pérez para un segundo mandato. Una población enardecida por unas estrictas y quizás necesarias medidas económicas indignaron a las clases populares desatando un levantamiento popular que comenzaron a tambalear a la entonces sólida democracia venezolana.
Luego, lo que era un secreto a voces sin fecha definida, se produce un intento golpe de Estado encabezado por Chávez y un grupo de militares. Ese 2 de febrero de 92 prácticamente dejó sentadas las bases para el posterior ascenso al poder del entonces golpista.
Unas palabras premonitorias pronunció Chávez en aquél momento, expresión que quedó marcada en medio del descontento de un pueblo extenuado de falsas propuestas:
“Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor…”
Analistas sostiene que esta exposición fue determinante para que el liderazgo de Hugo Chávez comenzara a gestarse.
Preso bajo una gran expectativa y tras una segunda asonada frustrada en noviembre de ese mismo año, Chávez recibió posteriormente una amnistía del entonces presidente Rafael Caldera que le reivindicó sus derechos ciudadanos y lo hizo candidato de su primer partido MBR 200, posteriormente MVR.
En paralelo los principales partidos comenzaron a dar muestras de fragilidad, primero apostando al liderazgo de una reina de belleza y luego mostrando un rostro totalmente fraccionado que los llevo con muchos tropiezos a postular al derechista Henrique Salas Romer.
En diciembre del 98, Chávez se convirtió en un fenómeno electoral con el 59,76% de los votos y comenzó a ejercer un gobierno centralista poco a poco inclinándose hacia el socialismo e implementando prácticas antidemocráticas para mantener el poder buscando afianzar la llamada “revolución bolivariana”.
La oposición venezolana que un principio subestimó el liderazgo del teniente coronel comenzó a sentir los embates de un proceso que comenzó a solidificarse en medio de una serie de desaciertos que desencadenaron en un desafortunado golpe seco encabezado por el líder de la patronal, Pedro Carmona Estanga en el 2002.
Paros, huelgas, protestas, cacerolazos, censuras internacionales fueron los denominadores comunes de una oposición confundida que poco a poco fue desplazando a los tradicionales partidos políticos para darle paso a nuevos liderazgos, que aunque carentes de una formación ideológica sólida, comenzaron a ocupar espacios importantes.
Sucesivas fueron las consultas de Chávez. Una constituyente, varias elecciones, referéndums fueron aferrando al militar en el poder, aunque muchas de estas dejaron un mar de dudas con fundados indicios de fraudulentas.
14 años después con una oposición que ha logrado unirse tras una serie de desatinos, que pareció aprender de los errores del pasado, pudo seleccionar a su candidato en elecciones internas saliendo favorecido Henrique Capriles Randonski quien luego de una intensa campaña se han convertido en toda una revelación que amenaza que quebrar el súper poder que detenta Hugo Chávez.
La Venezuela de hoy en día
Poco ha sido el avance de Venezuela como país en la última década. Un reporte de una conocida agencia internacional de noticias dio cuenta de que el presidente venezolano prácticamente dilapidó toda la bonanza petrolera en una década.
El país está siendo consumido por una violencia desbordada, la pobreza acentuada y las denuncias de corrupción son mucho más escandalosas que en el pasado, la ineficiencia de sus funcionarios es cuestionada de manera permanente, los servicios de salud –a pesar de los notables esfuerzos en convenio con Cuba- son un verdadero caos.
A ello se le suma una sesgada política internacional dirigida puntualmente a la imposición de una corriente ideológica en el continente, además de atizar un permanente conflicto con su principal socio comercial: Estados Unidos.
Tras 14 años el gobierno de Chávez luce un desgaste evidente y nunca antes como ahora se ha visto la posibilidad cierta de que pueda perder el poder, aún con todo el ventajismo a su favor.
El hoy de hoy es un hombre de propuestas vacías y reiterativas, con muy pocas cosas nuevas que ofrecer que ha venido defraudando a mucha gente que lo apoyó en el pasado.
Sin embargo, pese a todo ese desgaste, aun cuenta con un apoyo importante en las clases populares, pero su mayor fortaleza es la chequera, el ventajismo y el uso desmesurado de todos los recursos del estado a favor de su candidatura.
Como leiv motiv de su campana, el presidente ha pedido más tiempo para gobernar. Ha dicho que lo importante es la patria por encima de los principales problemas del país. Ha fustigado duramente a su adversario calificándolo de burgués y majunche (mediocre) e identificándolo que la extrema derecha con recetas neoliberales.
Capriles por su parte está a punto de coronar un gran esfuerzo. Fue presidente de la cámara de diputados del anterior congreso de la República, alcalde del céntrico municipio de Baruta en la Gran Caracas y gobernador del segundo estado en importancia demográfica en el país, Miranda.
Se impuso en una contienda interna y ha realizado una impresionante campaña que lo ha llevado a recorrer tres veces a Venezuela.
Su discurso ha estado centrado en el progreso, en el futuro y en el bienestar de la gente. Jamás durante sus alocuciones ha mencionado por su nombre al presidente, pero le ha devuelto los insultos calificándolo de incompetente y de ser abanderado de una Venezuela que transitó por el camino del atraso.
Los slogans de ambos candidatos han surtido sus efectos. Chávez se quedó con “El corazón de Venezuela” y candidato de la patria, Capriles estableció “Hay un camino” e invitó a sus seguidores a subirse al “autobús del progreso”.
En términos de exposición, el candidato oficial ha usado todos los medios públicos para aventajar a Capriles en ese aspecto.
Las encuestas han estado divididas. Las del gobierno dan a Chávez por amplia ventaja, pero no tienen ni trayectoria ni credibilidad. Hinterlaces, anteriormente identificada con la oposición da por 15 puntos de ventaja al presidente, mientras que Datanalisis ha presentado números ambiguos. Unas veces da ventaja a Chávez, otra a Capriles.
Estudios de opinión de transnacionales dijeron a la agencia ImagenPress que el candidato opositor aventaja a Chávez 47-42% con un margen de error de 3% lo que le da cierta ventaja al opositor.
En otro análisis, un estudio determinó que los números que presentan las encuestas no deberían ser confiables del todo ante el temor que tiene mucha gente en Venezuela de responder en contra del gobierno, que es el patrono de más del 60% de los venezolanos en las diferentes empresas del estado.
Chávez ha utilizado el ‘cliché’ de que Capriles eliminará los programas sociales y se volcará hacia una agenda neoliberal que incendiaría al país.
Capriles ha ratificado su empeño en los programas sociales buscando la manera de revertir esa matriz de opinión que ha tratado de achacarle el gobierno.
La elección de este domingo es determinante. Un nuevo mandato de Chávez le daría un pasaporte para 20 años en el poder con la intención fija de consolidar drásticamente el socialismo que no ha dejado buenos del todo satisfecho a los venezolanos.
Finalmente ambos comandos declaran su victoria y un cerrado resultado podría generar un clima de incertidumbre entre la población. (Impress)